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Gracias a la reacción de su bebé, logra descubrir que tiene cáncer

La historia de cómo una madre descubrió que tenía cáncer, gracias a que su niño de un año rechazaba el seno cada vez que ella intentaba alimentarlo, ha recorrido las redes sociales con una rapidez extraordinaria.

Y es que Joanne Carr, de 37 años, originaria de Liverpool, había estado amamantando a Dougie McInerney, desde el mismo día en que llegó al mundo sin ningún contratiempo, hasta 14 meses después, cuando el niño empezó a rechazar su seno derecho.

Al ver la reacción del niño, pensó que algo debía estar mal con ella, por lo que decidió examinar cuidadosamente su pecho. Para su sorpresa halló un bulto con un tamaño similar al de un chícharo y una vez en el hospital los especialistas le diagnosticaron cáncer en el conducto de la leche materna.

Era la primera vez que la madre de Dougie se autoexaminaba y probablemente nunca lo hubiera hecho de no ser por el comportamiento de su hijo, como ella misma afirmó.

Para ella resulta increíble que si el niño no hubiera rechazado mamar de su seno nunca lo hubiera sabido, al parecer él sabía que algo estaba bloqueando el conducto o deformando su pecho.

Desde que Joanne comenzó a atenderse en el hospital, los médicos le indicaron varios escáneres y una biopsia celular, y cuatro días después le comunicaron que tenía una forma agresiva de cáncer de mama: el cáncer ductal invasivo.

El cáncer ductal invasivo es un tipo de cáncer de mama muy frecuente, que se propaga a los conductos de la leche, las famosas “tuberías” encargadas de transportar este líquido desde los lóbulos que lo producen hasta el pezón.

El por qué el bebé no quiso mamar de ese seno, es aún una incógnita, pues los médicos no declararon nada al respecto; sin embargo, la madre considera que como el bulto de 2 cm estaba muy cerca de su pezón, Dougie debe haberlo sentido presionando contra su boca mientras se alimentaba e impedía que colocara correctamente los labios, resultándole muy incómodo.

Para reducir el bulto, Joanne fue expuesta a ocho sesiones de quimioterapia, que terminaron en marzo del pasado año. A causa del tratamiento perdió todo su cabello, pero los cirujanos pudieron extirpar exitosamente las células cancerosas residuales.

Ya en el mes de abril del mismo año, Joanne fue dada de alta, estando en remisión por un tiempo aproximado de un año.

Según ella misma expresara, cuando recibió la feliz noticia que estaba libre de cáncer por primera vez, “se echó a llorar”. Y aseguró que debe su vida a su hijo, porque si él no hubiera actuado así, ella quizás nunca se hubiera enterado y ahora no estaría viva, expresó con una sonrisa en los labios.

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