“Es un placer participar en este tipo de eventos como el Seminario Gastronómico Internacional de La Habana”, manifestó Ketty.
Ketty Fresneda Fernández (La Habana-1997) ha sido la primera cubana en llegar a los finales de la sexta temporada del programa MasterChef de la Televisión Española.
La misma cursó estudios de Medicina en el Instituto Superior de Ciencias Médicas de La Habana.
En el 2009 se presentó en la Jornada Científica Estudiantil y de Residentes con el trabajo: Situación epidemiológica del VIH/Sida en Cuba al cierre del año 2008. (Pol. Vedado)
Más tarde, pero ya residiendo en Pontevedra, se apuntó para formar parte de la nueva edición del concurso de talentos Culinary Master chef, siendo una de las 15 seleccionadas.
Su trayectoria fue muy buena, tanto que el 9 de julio del 2018 se encontraba entre los cuatro finalistas que se batían por llegar al duelo final en el MasterChef España 6, para ver quién se llevaba los premios a casa.
La joven, de nacionalidad cubana, tiene una manera peculiar de escapar de la añoranza que le provoca estar lejos de su ciudad natal y es cuando se sienta frente a un buen plato de arroz blanco con frijoles negros.
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Es gemela, apasionada y osada. Es una mujer que sabe lo que quiere y que persevera hasta lograrlo, su pasión es la cocina y por ella está decidida a ir “hasta donde más lejos pueda llegar” y a enriquecer aún más sus conocimientos acerca del saber de los sabores.
Ketty Fresneda ama la gastronomía, como ella misma ha expresado en reiteradas ocasiones. Por tal motivo, la emoción que sintió cuando le dieron la noticia de que la habían aceptado en cada uno de los castings a los que se presentó para la sexta temporada del programa Master Chef de la Televisión Española, fue inmensa.
“Fue un proceso sorprendente. Cocinaba en casa de manera habitual, me relaja hacerlo. Siempre combinando lo que aprendí de la cocina cubana gracias a mi abuela y lo que he ido aprendiendo de la cocina española, particularmente de la gallega, desde que comencé a vivir en Galicia. En el programa les gustó mi perfil y paso a paso obtuve “el delantal” y eso me permitió competir. Lo disfruté mucho porque me gusta mucho la cocina”, relató.
Ketty, subcampeona de esta edición del Master Cheff considera que la escasez de ciertos productos, que en ocasiones enfrentó en Cuba, a la hora de elaborar una receta, le hizo ser más creativa y que creciera aún más su amor por la cocina.
De igual forma, aprendió a valorar más el trabajo culinario, cocinar con amor y elaborar exquisitos platos que hagan que las personas que lo degustan no puedan evitar dejar el plato limpio. “Es lo que llamamos cocina de aprovechamiento y es lo que día a día las mujeres cubanas hacen, y eso también debería premiarse”, afirmó.
La primera cubana en ser finalista de este show culinario fue además uno de los asistentes al IX Seminario Gastronómico Internacional 2019 y en ese marco motivó a los participantes con una charla que llevaba por título “Cultura gastronómica y recursos locales de la cocina cubana”.
-¿Cuánta importancia le atribuyes a Master Cheff y a espectáculos similares?
– Hay personas que hacen turismo para probar la comida de otros países, hay movimientos globales para promover la cocina ecológica… Hay una tendencia a divulgar todo el conocimiento y la ciencia que rodea la gastronomía y este, como otros, quizás, es un show efectivo que abre puertas, que ofrece oportunidades y que contribuye a multiplicar ese conocimiento, esa ciencia.
«Además, creo que todo depende de la explotación personal. Me gusta la gastronomía, y por eso no soy solamente una cocinera que se aprovecha del show. Hoy la gastronomía engloba todo, porque el turismo, la economía, la cultura… Todo se agrupa para formar ese producto general».
La cubana terminó en el segundo lugar de la sexta edición del programa MasterChef emitido por la Televisión Española.
“Master Cheff, por ejemplo, me dio la oportunidad de formarme en una de las mejores escuelas gastronómicas del mundo, la Basque Culinary Center, de elevado prestigio en Europa, y así puedo tomarme la cocina en serio. Ahora me dedico a la gastronomía, trabajo en imagen de marcas, en participación de eventos, en asesoría en talleres…
«Es un placer participar en este tipo de eventos como el Seminario Gastronómico Internacional de La Habana. Me encanta hablar con sommeliers, con chefs… Tal vez no sea común encontrarme con ellos y conversar cualquier día, pero en situaciones así aprendo mucho de repostería, de maridaje, del mundo de los vinos… Tengo una agenda repleta de anotaciones».
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«Se aprende todo el tiempo, pero a mí lo que me interesa es asegurar el sabor. Lo aprendí de mi abuela porque a mi madre no se le daba muy bien la cocina. Le soy fiel al sabor de los alimentos y después, en todo caso, me atrevo a aplicar alguna técnica de vanguardia. Creo que ese sabor marcado de la comida cubana no se puede perder, aunque experimentemos».
“En Cuba se tienen muchas ganas de crecer desde la gastronomía, tenemos muchas riquezas en ese sentido y podemos aprovecharlo más. Yo trato de hacerlo a mi manera, salvando lo que me han inculcado y aderezándolo con lo demás”.
