Un anciano tuvo que ser rescatado luego de quedar sepultado por cuatro horas en un horno de barro que se derrumbó en Sancti Spíritus.
De acuerdo con el medio estatal Escambray, el anciano de 66 años quedó atrapado por al menos cuatro horas el pasado domingo 3 de abril a las 11 de la mañana.
Este fue identificado como Luis Hernández Casanova, quien terminó debajo de casi cuatro metros de piedras que formaban el horno para hacer cal.
Hernández es residente en el Reparto Escribano, pero fue hacia la comunidad de Hornos de Cal a buscar un poco de carbón, pues no contaba con nada para cocinar.
“No había ni un alma allí, entonces me metí para allá adentro y me puse a sacar carbón. Ya tenía el carbón afuera y dije: ‘Voy a sacar el palo ese de ahí, porque de todos modos van a meter leña’”, declaró el anciano al medio oficialista.
Tras ingresar nuevamente, Hernández comenzó a sentir que la estructura se comenzó a caer y que no iba a darle tiempo suficiente para salir.
“Entonces me tiré de lado para que no me pasaran todas las piedras por arriba. Me taparon completo que no podía moverme”, añadió.
La esposa del dueño del horno, María Gutiérrez, aseguró que su hijo y un amigo acudieron al lugar para preguntar si había alguien debajo de los escombros, y que al escuchar la voz del anciano, notificaron a las autoridades.
El anciano narró algunas de las cosas que pasaron por su cabeza durante esas desesperantes horas en las que estuvo atrapado, señalando que llegó a pensar que este sería su final.
“Allá abajo no pensé nada, como me sentía con vida y el aire no me faltaba, más o menos me mantuve respirando poco a poco. Dije: ‘Me voy a morir, ¿Qué voy a hacer con esa cantidad de piedras?’. Eran tres toneladas de piedras que tenía arriba. Me preguntaban: ‘¿Estás vivo?’, y yo decía: ‘No te preocupes, estoy vivo, dale’. Y desde abajo yo los ayudaba. Dios me acompañó”, declaró el sobreviviente.
Al lugar arribaron miembros de la Brigada de Rescate y Salvamento, del Sistema Integrado de Urgencias Médicas (SIUM) y de la Policía.
También contaron con la ayuda de varios vecinos, los cuales se ofrecieron para mover las piedras luego de escuchar que había una persona atrapada.
El medio señala que el rescate no fue fácil, y que tuvieron que colocar una camilla encima del hueco para evitar que las piedras lo volvieran a cubrir, pues estas continuaban cayendo conforme otras se movían.
De igual manera, aseguraron que los rescatistas utilizaron dos balones de oxígeno y una manguera para poder mantener a Hernández con aire, pasando una mascarilla a través de un pequeño agujero en las piedras.
“En ningún momento perdí el conocimiento. Lo único que sentía eran las piernas que ya se me iban entumiendo y entumiendo…”, agregó el anciano.
Hernández dijo que había muchas personas afuera esperándolo, y que se sintió conmovido al ver que muchas de ellas comenzaron a aplaudir al verlo salir.
Médicos entrevistados por el medio estatal aseguraron que pese a la cantidad de rocas que cayeron, el anciano solo tenía un trauma de cráneo simple, hematomas en la región de los calcáneos, unas quemaduras por presión y una ligera deshidratación.
