La campaña de bancarización, la cual fue forzada sobre el pueblo por el gobierno de Cuba ante la escasez de dinero en efectivo, parece estar fracasando rotundamente, pues en la Isla se cuenta con menos efectivo que hace ocho meses y se experimentan dificultades para realizar los pagos en línea.
Las fallas de esta campaña, la cual fue vendida como la solución para los problemas de efectivo en Cuba, fueron reconocidos por el portal estatal Radio Sancti Spíritus, el cual señala que las sucursales del Banco Popular de Ahorro (BPA) en ese territorio computan que solo un 4% de todas las operaciones de comercio electrónico son mediante códigos QR.
El texto oficialista asegura que en gran parte de los establecimientos privados y estatales, el QR no funciona, siendo esta una foto “de mentirita”, algo que ha sido evidenciado por “controles de la Dirección Estatal de Comercio”.
Y es que, aunque los decretos lanzados en 2023 por el régimen castrista hacen obligatorio el habilitar dichos pagos, un 80% de los establecimientos anuncian que se puede pagar por QR, pero ponen trabas al cliente debido a que prefieren los pagos en efectivo.
“Lo viven quienes escuchan los alegatos, que si no hay conexión o se demora, que si el dueño o el administrador no está o porque la foto es para que los inspectores la vean”, añade el citado medio estatal.
Con esto, los bancos se enfrentan a una escasez de efectivo más grave que la registrada hace unos ocho meses, cuando las medidas para promover la bancarización en Cuba se intensificaron.
La medida nunca fue bien recibida, y hasta la fecha los ciudadanos luchan por encontrar cajeros funcionales con efectivo suficiente para satisfacer sus demandas.
Por su parte, las autoridades deben lidiar con una inadecuada cultura financiera, limitaciones tecnológicas y una evidente resistencia por parte de los comercios privados y estatales a cooperar con la bancarización.
La situación es un poco más grave en Sancti Spíritus, pues los bancos no cuentan con el efectivo para dispensar a tiempo el dinero que le pertenece a sus ciudadanos.
Como consecuencia, el gobierno del territorio espirituano decidió no poner más dinero en los cajeros automáticos y limitar la extracción de dinero en bancos a solo 5.000 pesos cubanos (CUP), esto en un intento por obligar al pueblo a utilizar los pagos electrónicos.
