Las autoridades fronterizas de los Estados Unidos revelaron la cantidad de migrantes que ingresaron al país durante el mes de abril, señalando que los cubanos registraron un aumento considerable comparado con el periodo anterior.
Según un reporte de la Oficina de Aduana y Control Fronterizo (CBP, por sus siglas en inglés), 9.008 migrantes cubanos entraron al país durante el cuarto mes del 2023, lo que representa un 32% más que en marzo.
6.520 de estos cubanos ingresaron al país a través de diferentes puntos en Florida, mientras que los 2.206 restantes lo hicieron a través de los estados de California, Nuevo México, Arizona y Texas.
En el caso del ‘Estado del Sol’, 5.878 cubanos fueron recibidos por la oficina de campo de Miami, mientras que la de Tampa recibió a 591. La gran mayoría de estos cubanos ingresaron al país con ayuda del programa de parole humanitario, mientras que los últimos 51 cubanos arribaron al territorio de manera ilegal a bordo de distintas embarcaciones, siendo detenidos por la Patrulla Fronteriza de EEUU (USBP).
Las autoridades norteamericanas indicaron que, desde que inició el actual año fiscal, el 1 de octubre de 2022, 144.098 cubanos han ingresado a los Estados Unidos, mientras que el año fiscal anterior registró la entrada de 224.607 migrantes cubanos en total.
La crisis migratoria generada por el éxodo masivo de cubanos, venezolanos, nicaragüenses y haitianos provocó que la administración de Joe Biden adoptara nuevas medidas a inicios de año, ofreciendo hasta 30.000 visas humanitarias al mes a personas de estas nacionalidades que cuenten con un patrocinador en EEUU.
Este patrocinador debe comprometerse a solventar los gastos de alimentación, vivienda y atención médica que el migrante pueda necesitar mientras se encuentra en EEUU, asegurándose así de que no se vuelva una carga social.
Con esta nueva vía legal, la cual ofrece una opción más segura y organizada para viajar al país norteamericano, también llegó un aumento en las medidas de seguridad en la frontera, entre las cuales sobresale la expulsión acelerada de migrantes a sus respectivos países y una restricción de entrada a EEUU de al menos cinco años.
En ese sentido, las autoridades norteamericanas también han advertido que aquellos que intenten llegar al país vía marítima serán expulsados de manera inmediata, y serán colocados en un registro que les impedirá optar por alguna de las alternativas legales que ofrece la administración de Biden.
