Jóvenes doctores atendieron los primeros casos de Covid-19 en Cuba

Un grupo de jóvenes doctores, trabajadores del Instituto de Medicina Tropical “Pedro Kourí” (IPK), fueron los encargados de atender los primeros casos de coronavirus (Covid-19) en Cuba.

José Alberto Rodríguez Bacallao, un especialista en Medicina Interna, de 35 años, fue uno de los responsables de de auscultar a los tres italianos, provenientes de Lombardía, quienes pocos días después serían confirmados como los primeros contagiados con la pandemia.

Aunque, el galeno había trabajado anteriormente en Deborah Retief Memorial Hospital, a unos 40 kilómetros de Gaborone, capital de Botswana, esta virosis constituye sin lugar a dudas constituye un nuevo reto. Así lo hizo saber el doctor, en una reciente entrevista concedida a la revista Somos Jóvenes.

Rodríguez también estuvo acompañado de la doctora Nuris Liem Herrera Marrero, el doctor Jorge Luis —residente en Santiago de Las Vegas, La Habana— y los enfermeros Ari Ernesto Medina Rodríguez y Oyantay Ricardo Vega, de 22 y 23 años respectivamente.

Dicho conjunto entraría en cuarentena tras doce días de arduo enfrentamiento contra la pandemia, hasta que fueron relevados por otro grupo de médicos y enfermeros, el pasado 22 de marzo.

Las experiencias

“Existía la posibilidad de que apareciera un caso positivo en cualquier momento. Habíamos recibido un buen entrenamiento desde que el virus apareció en China con información actualizada inmediata desde que se declaró epidemia y luego pandemia. Estábamos preparados, y creíamos que también protegidos, pero cualquier precaución era poca”, relata José Alberto.

“Las más de cien personas que llegaron esa noche fueron evaluadas al momento, aquellos que cumplían con la definición de sospechoso las tratamos como tal y las trasladamos a las salas designadas para ello. El resto fueron regresados a su área de atención”.

Liem, por su parte, aún recuerda las gratas conversaciones con los pacientes italianos, a pesar de no dominar del todo el español. Sin embargo, el cuarto caso —el joven villaclareño— fue descrito por la especialista como “un poco rebelde”.

“La experiencia fue complicada para nosotros que tenemos 22 años. Pero nos cuidábamos mucho. Tomamos como prioridad el lavado de manos. Evitamos permanecer reunidos. Nos auto-aislamos”, comentó Oyantay Ricardo Vega.

“El cubano, a veces, es cabeza dura. Cuando vivan la experiencia de cerca es cuando se lamentarán. Les pido que se cuiden. Por lo menos nosotros sabemos quién es quién allá adentro. Afuera nadie lo sabe”, advirtió Ari Ernesto.

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