Una de las patanas turcas abandona Cuba con destino a Guyana

Con la salida de esta unidad, Cuba se queda únicamente con cinco de las ocho patanas que llegaron inicialmente, empeorando más la situación energética

Una de las seis centrales flotantes enviadas por Turquía a Cuba para aligerar la crisis energética abandonó las costas de La Habana para dirigirse a Guyana, dejando a la Mayor de las Antillas con una “patana” menos para lidiar con los apagones en el país.

La salida de esta central se da en medio de una de las peores crisis económicas que ha azotado a Cuba en su historia, misma que ha provocado una escasez de combustible y una deficiencia en la generación de energía.

Ocho patanas arribaron a la Isla en febrero del año pasado, pero desde entonces, dos de ellas ya se marcharon a aguas nacionales en julio de 2023, esto luego de seis meses de servicio. La salida de estas dos centrales flotantes representó un déficit de 170 megawatts (MW).

Con la salida de esta última, Cuba se queda únicamente con cinco patanas turcas, empeorando la ya delicada situación energética en el país.

Vicente de la O Levy, ministro de Energía y Minas, indicó durante una sesión de la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP) que la salida de las dos embarcaciones el año pasado se debía al cumplimiento de los contratos establecidos, pues el tiempo de renta ya se había completado.

Este contrato implicaba el alquiler de las patanas flotantes con un costo mensual no revelado al público, proporcionando 633 MW, sin embargo, el costo del diesel necesario para operarlas no estaba incluido, por lo que este tenía que ser proporcionado por Cuba, lo que eventualmente llevó a la paralización de algunas de estas unidades.

La implementación de las patanas fue una solución provisional para aligerar la crisis eléctrica en Cuba, pues el gobierno prefirió pagar millones de dólares por los servicios de estas en lugar de dar el mantenimiento adecuado a las centrales termoeléctricas (CTE) que ya hay en la Isla, mismas que cuentan con varias décadas de explotación.

En febrero de este año, la Unión Eléctrica (UNE) emitió un comunicado en el que confirmaba que cinco de las seis patanas que aún estaban en la Isla no estaban en funcionamiento por la falta de diesel.

Esto último intensificó las críticas hacia la gestión del contrato y el manejo de los recursos por parte del régimen, pues el pago se debía de efectuar incluso cuando las patanas no generaran electricidad.

Hasta ahora, el régimen cubano no ha explicado el motivo de la partida de la patana, por lo que se desconoce si esta se debió a un cambio en el contrato, el fin de este, o a la incapacidad de la Isla de pagar los precios acordados.

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