La esclavitud moderna del régimen: Cuba tiene a unos 24.000 médicos en el extranjero
Los médicos se ven sometidos a contratos impuestos por el gobierno que les impiden elegir su destino, renunciar o mantener el control sobre sus pasaportes
El gobierno cubano ha confirmado que más de 24.000 profesionales del sector salud se encuentran prestando servicios fuera de la Isla, bajo un sistema que muchos califican de explotación laboral.
La cifra fue revelada el jueves durante un debate parlamentario sobre la política exterior para el período 2025-2028, en la Asamblea Nacional del Poder Popular.
Durante la sesión, el ministro de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez Parrilla, defendió la política exterior cubana, calificándola de “revolucionaria y popular”. Aseguró que las decisiones de esta política están alineadas con los principios de independencia que marcaron la lucha de la Isla.
Sin embargo, su discurso omite la dura realidad de los profesionales de la salud enviados al extranjero, quienes no tienen derechos laborales y enfrentan condiciones de trabajo deplorables.
A pesar de los esfuerzos del régimen por justificar sus políticas bajo la bandera de la “solidaridad” internacional, los trabajadores cubanos se ven sometidos a contratos impuestos por el gobierno que les impiden elegir su destino, renunciar o mantener el control sobre sus pasaportes.
Exportación de servicios médicos
La exportación de servicios médicos se ha convertido en una prioridad dentro de la política económica del gobierno. Rodríguez afirmó que esta actividad busca fortalecer las relaciones internacionales y garantizar la entrada de divisas al país.
Sin embargo, no se refirió a las críticas internacionales que cuestionan el trato que reciben los médicos cubanos, ni mencionó las condiciones de explotación bajo las cuales trabajan en el exterior.
El funcionario tampoco habló de la escasez de médicos en los hospitales de la Isla, un problema que afecta la atención que reciben los cubanos de a pie.
El régimen se ha resistido a la transparencia financiera en el manejo de estos fondos. En un ejemplo reciente, Bahamas exigió pagar directamente a los médicos cubanos para evitar la opacidad del sistema, pero el gobierno de la Isla insistió en que los pagos pasen por el Ministerio de Salud Pública de Cuba.
El sistema de salud cubano atraviesa una profunda crisis. Hospitales sin recursos y una escasez de personal calificado son solo algunas de las consecuencias de la emigración masiva de médicos y otros profesionales del sector.
En abril pasado, se reveló que el 91,6% del dinero que Bahamas paga por los médicos cubanos es embolsado por el régimen, dejando a los profesionales con una mínima fracción de su salario.
El debate también abordó la relación del gobierno con los cubanos residentes en el exterior. La administración busca que los emigrantes se involucren en el desarrollo económico del país, a través del envío de materias primas e insumos.
No obstante, este vínculo se ve empañado por las trabas burocráticas y el maltrato migratorio que enfrentan aquellos que intentan mantener una conexión con su tierra natal.
