ESTADOS UNIDOS

Miedo a ICE impide a inmigrantes de Florida ir a refugios contra huracanes

Inmigrantes latinos prefieren arriesgarse a las inclemencias del clima en sus viviendas que refugiarse a disposición del gobierno

Miles de inmigrantes en Florida enfrentan un dilema adicional ante la temporada de huracanes: el miedo a ser detenidos si acuden a refugios públicos. Por ese temor, muchos optan por quedarse en viviendas precarias, exponiéndose a los riesgos del clima.

De acuerdo con Associated Press (AP), políticas del presidente Donald Trump, leyes estatales más estrictas y acuerdos locales con agencias federales han generado desconfianza en espacios antes seguros, como escuelas, albergues y centros de emergencia.

María, trabajadora agrícola mexicana sin estatus legal, dijo que ya no acude a refugios como en años anteriores. “Pueden ir donde quieran, no hay límites”, expresó en referencia a los agentes de inmigración.

Organizaciones como la Farmworker Association of Florida han advertido que las familias indocumentadas deben elegir entre enfrentar el huracán o arriesgarse a una posible deportación.

El panorama se complica con la eliminación de políticas que impedían operativos en lugares humanitarios como hospitales o refugios temporales.

El temor alcanza también a los centros de recuperación, donde incluso quienes califican para ayuda federal evitan acudir por miedo a que su información sea usada para iniciar procesos de deportación.

Ante esta situación, organizaciones comunitarias impulsan redes de apoyo alternativas para proteger a los más vulnerables. Sin embargo, reconocen que la desinformación y la inseguridad siguen siendo obstáculos difíciles de superar.

Bajo la administración de Donald Trump, ICE intensificó sus redadas laborales en industrias donde predominan trabajadores latinos, como plantaciones, obras de construcción, restaurantes y centros de procesamiento de alimentos.

Estas operaciones, descritas como invasivas y selectivas, han generado acusaciones de perfilamiento racial, ya que apuntan sistemáticamente a comunidades de color con poca atención a trabajadores blancos o en otros sectores.

Defensores de derechos civiles advierten que estas acciones no solo criminalizan a los trabajadores indocumentados, sino que también siembran terror en barrios hispanos donde familias enteras dependen de ese empleo para sobrevivir.

En California, el temor se ha materializado en acciones judiciales. Un tribunal federal emitió una orden que detuvo operativos de ICE en lugares como algunos Home Depot o lavaderos de autos, argumentando que usar el origen étnico, el habla en español, o el tipo de empleo como criterios para detener a personas, es discriminatorio.

La orden judicial refleja el reconocimiento de que estas tácticas son dirigidas y afectan de manera desproporcionada a trabajadores latinos.

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