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Cuba exporta cigarros “de lujo” mientras su población vive en escasez perpetua

El régimen se vende como “internacional” y gana una fortuna, mientras los cubanos no cuentan ni con los alimentos más básicos

Mientras en Cuba la población no tiene ni siquiera los alimentos básicos, como leche o pan, el gobierno se da aires de exportador, proveyendo al mundo de bienes de lujo y ganando una fortuna que nunca llega a beneficiar ni un poco a sus ciudadanos.

Y es que este jueves, en Asunción, Paraguay, se celebró con lujo el lanzamiento de nuevas ediciones limitadas de Cohíba, una marca del Estado cubano, en medio de la marcada escasez que vive la Isla.

En agosto, el Hotel Dazzler fue sede de “La Noche de los Cuban Mini Cigars”, un evento exclusivo que reunió a distribuidores, clientes VIP e invitados selectos.

Allí se presentaron productos como el Cohíba Short Humidor Year of the Snake 88 LE, el Cohíba Club 60 LE y el Cohíba Wide Short, maridados con rones y whiskies de alta gama.

“Nos da un tremendo orgullo poder decir que Paraguay está a la altura de otros grandes mercados de puros”, dijo Ricardo Olmedo, jefe comercial de Habacorp, citado por medios locales. La velada buscó destacar la relevancia cultural del tabaco cubano en ese mercado.

En contraste, en Cuba fumar se ha vuelto un privilegio. Miguel Díaz-Canel calificó al tabaco como “el principal rubro exportable” y “el mejor esquema económico del país” durante una visita a la Fábrica H. Upmann en febrero.

Sin embargo, en las bodegas estatales apenas se ven cajetillas y los precios en la calle se disparan. Una caja de Popular sin filtro, con precio oficial de 30 CUP, puede llegar a costar 600, mientras los H. Upmann alcanzan entre 1,200 y 1,500 CUP.

Ante la escasez, muchos compran cigarros sueltos para racionar, pero nada se soluciona mientras los problemas de producción agravan la crisis.

En julio, la Empresa de Cigarros Lázaro Peña admitió que, por falta de insumos, los Criollos saldrían en cajetillas de otra marca.

Además, en mercados informales como La Cuevita, en San Miguel del Padrón, se reportaron fraudes con cajas de H. Upmann rellenas de aserrín, lo que provocó indignación entre compradores.

El tabaco sigue siendo la carta de presentación internacional de Cuba, pero dentro del país se ha convertido en un lujo inalcanzable, reflejo del contraste entre la imagen que el gobierno vende en el exterior y la realidad que viven los fumadores cubanos.

 

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