Apagones en Cuba: al régimen le faltan más de 1.700 MW para cubrir la demanda
Aunque el gobierno de Cuba presumió por todo lo alto la entrada de dos unidades termoeléctricas este jueves, ni así cesarán los apagones
Septiembre sigue siendo de apagones para los cubanos, en medio de una crisis eléctrica que no da tregua. Los apagones cubrieron todo este miércoles 3 de septiembre, y se mantuvieron durante la madrugada de este jueves 4, de acuerdo con datos de la Unión Eléctrica (UNE).
El déficit de generación llegó a 1.714 MW a las 10:20 pm del miércoles. Aunque fue un número menor al previsto, igual dejó a millones de familias en la oscuridad.
A las 6:00 de la mañana del jueves, la capacidad disponible del Sistema Eléctrico Nacional era de 1.815 MW frente a una demanda de 2.825 MW. Esto significó más de 1.000 MW fuera de servicio desde primeras horas.
Las causas son las mismas que arrastra el sistema desde hace años: fallos constantes en cuatro termoeléctricas de Santa Cruz, Renté y Felton, sumados a mantenimientos en bloques de las centrales Carlos Manuel de Céspedes, Santa Cruz y Cienfuegos.
A ello se agrega la falta de combustible y lubricantes, que mantienen detenidas 43 centrales de generación distribuida, que junto a otras instalaciones representan una pérdida de 690 MW de capacidad.
Para el horario nocturno la situación empeora, incluso pese a que está prevista la entrada parcial de la unidad 3 de Santa Cruz y de la unidad 6 de Renté, además de 100 MW de motores distribuidos, que el régimen hasta presumió en sus páginas oficiales.
Se espera que este jueves 4 de septiembre, la generación total alcance apenas 1.890 MW frente a una demanda de 3.550 MW, con lo que el déficit ascendería a 1.660 MW, con una afectación total estimada de 1.730 MW en el momento de mayor necesidad.
Ni la incorporación de 28 parques solares logró compensar el colapso. Estas instalaciones aportaron 1.812 MWh en la jornada y un pico de 350 MW, cifras insuficientes para sostener al sistema.
En La Habana, la Empresa Eléctrica reportó una afectación de 113 MW a las 8:20 de la noche, con apagones que se extendieron hasta la madrugada.
Aunque la entidad aseguró que en algunos bloques no fue necesario cortar el servicio, lo cierto es que gran parte de la ciudad permaneció más de cuatro horas sin luz, lo que afectó hogares, hospitales, comercios y transporte.
Pese al discurso oficial que culpa a fallas puntuales y mantenimientos planificados, lo que se evidencia es un colapso estructural.
El Gobierno sigue sin presentar un plan viable para reducir la dependencia de termoeléctricas obsoletas ni garantizar el combustible que sostenga un sistema al borde del derrumbe.
