Cuba al borde del colapso: casi 1.900 MW de déficit en la última jornada
El régimen sigue sin invertir en el mantenimiento de sus plantas, a esto se suma la crisis de combustible
La crisis energética en Cuba se agudizó este viernes, con apagones extendidos por todo el país durante la jornada del jueves y la madrugada, según el parte oficial de la Unión Eléctrica (UNE).
La empresa estatal reconoció que el déficit de generación alcanzó un máximo de 1,842 MW a las 7:20 p. m., justo en la hora pico, después de que varias unidades de la termoeléctrica Renté quedaran fuera de servicio sin previo aviso.
Al amanecer, la disponibilidad apenas llegaba a 1,420 MW, frente a una demanda nacional que rozaba los 2,700 MW. El resultado fue más de 1,200 MW de déficit desde temprano, con pronósticos de cortes durante todo el día.
La situación refleja, una vez más, el deterioro profundo de la infraestructura eléctrica y la incapacidad del régimen para ofrecer soluciones reales tras décadas de mala gestión y falta de inversión.
El panorama técnico es crítico: continúan averiadas unidades clave como la 2 de Felton, la 5 y 8 de Mariel, la 5 de Nuevitas y tres bloques de Renté.
Además, plantas como las de Santa Cruz y la Carlos Manuel de Céspedes en Cienfuegos están detenidas por mantenimiento, mientras otras 264 MW están paralizadas por limitaciones térmicas.
A esto se suma la crisis de combustible, uno de los principales factores que agravan el colapso. La UNE informó que 66 centrales de generación distribuida están detenidas por falta de diésel, lo que implica 556 MW fuera de servicio.
La carencia de lubricantes impide sumar otros 157 MW, dejando en total 713 MW perdidos solo por problemas de suministro.
Aunque las autoridades intentan resaltar el papel de los 32 parques solares —que aportaron 2,917 MWh el jueves—, estos apenas representan un alivio mínimo frente a un déficit que para el horario pico se calcula en 1,830 MW.
La previsión es de apagones que pueden alcanzar los 1,900 MW en el momento de mayor consumo.
En La Habana, la Empresa Eléctrica confirmó que la capital estuvo afectada durante todo el jueves, con un déficit de 410 MW a las 10 de la noche que obligó a apagar simultáneamente los seis bloques de la ciudad.
Los apagones no son solo cifras: afectan hospitales que deben operar con plantas eléctricas deficientes, panaderías que paralizan la producción y hogares que pasan más de 20 horas sin luz.
También impactan directamente en el acceso a agua potable —por la falta de bombeo— y en la conservación de alimentos, que se echan a perder por la falta de refrigeración.
Mientras tanto, el régimen insiste en discursos triunfalistas sobre energías renovables y planes futuros, sin ofrecer respuestas inmediatas a un país que vive sumido en apagones constantes y sin perspectivas de mejora a corto plazo.



