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Campesinos cubanos exigen una paga justa: les dan un dólar por cada lata de café

Mientras tanto, el precio de una tonelada de café en el mercado internacional supera los 9.000 dólares

En las montañas de Sierra Maestra, los productores de café cubanos enfrentan una cruda realidad. A pesar de que el café que se cultiva en esta región es reconocido como uno de los mejores del mundo, los caficultores reciben solo 500 pesos cubanos (CUP) por cada lata de café recolectada.

Esto equivale a poco más de un dólar en el mercado informal de divisas, donde se basa el poder adquisitivo de la mayoría de la población cubana. Mientras tanto, el precio de una tonelada de café en el mercado internacional supera los 9.000 dólares.

La cruda realidad de los caficultores cubanos

La youtuber Guajirita Cubana, quien se dedica a documentar la situación de los campesinos en Cuba, ha mostrado las difíciles condiciones de trabajo de estos productores.

En una finca de la Sierra Maestra, un caficultor conocido como Cachu relata la jornada de trabajo que debe enfrentar. A pesar de que el café cubano es de los más cotizados a nivel global, los campesinos no perciben una compensación acorde a su esfuerzo.

Los caficultores cubanos pasan largas horas recolectando el grano en terrenos escarpados y complicados, cargando pesados morrales a mano. El proceso es arduo y físico, con pocos descansos.

“Este es el café que mejor se paga en el mundo, pero nosotros no vemos ese dinero”, comenta Cachu, visibilizando la injusticia en la distribución de los beneficios de la producción.

El sistema que explota a los caficultores cubanos

El Estado cubano se convierte en intermediario al adquirir el café a precios muy bajos y luego exportarlo a precios más altos en dólares. Esta estructura impide que los agricultores obtengan el beneficio completo de su trabajo.

El café sigue siendo una de las principales fuentes de ingresos para el país, pero los caficultores no ven reflejado ese éxito en sus ingresos.

A lo largo de la jornada, los campesinos deben enfrentarse a terrenos difíciles y caminar largas distancias, pues la mayoría no cuenta con medios de transporte. Adicionalmente, la inseguridad en la región ha provocado la pérdida de animales de carga por robos, lo que agrava aún más las condiciones de trabajo.

Una vez recolectado el café, los agricultores deben llevarlo a los puntos de recogida, donde comienza el proceso de despulpado. Sin embargo, esto es solo una de las etapas de un largo proceso que ha llevado al café cubano a ser reconocido mundialmente por su calidad.

A pesar de este reconocimiento internacional, los caficultores siguen luchando por un sistema de pago más justo que refleje la calidad y el esfuerzo que invierten en su trabajo.

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