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Apagones en Cuba: casi 1.200 MW de déficit pese a disminución en la demanda

Sin importar que tres provincias permanecen desconectadas, las averías y falta de combustible impiden satisfacer a la población

Cuba amaneció este 2 de noviembre con una nueva jornada de apagones generalizados, a pesar de que las provincias de Granma, Santiago de Cuba y Guantánamo permanecen fuera del Sistema Eléctrico Nacional (SEN) tras el paso del huracán Melissa.

Según el más reciente parte de la Unión Eléctrica (UNE), la isla registró un déficit de 1.283 MW en la noche del jueves, mientras que otros 640 MW permanecen afectados en el oriente del país por los daños provocados por el ciclón.

El reporte oficial confirma que el servicio eléctrico se mantuvo afectado durante las 24 horas del día y continuó inestable en la madrugada del viernes.

A las 06:00 horas, la disponibilidad nacional era de apenas 1.410 MW, frente a una demanda de 1.828 MW, lo que mantiene a cientos de miles de cubanos sin energía. La UNE prevé una afectación de 700 MW para las horas de mayor consumo, aunque el pronóstico para el horario pico eleva la cifra a 1.140 MW.

Entre las causas del colapso se encuentran las continuas averías en las centrales termoeléctricas, la falta de mantenimiento y los graves problemas con el suministro de combustible.

De acuerdo con la UNE, 58 centrales de generación distribuida están fuera de servicio por falta de diésel, mientras que otras plantas permanecen detenidas por ausencia de lubricante, lo que afecta 602 MW adicionales.

Pese a los discursos oficiales sobre la incorporación de energía solar, los 21 parques fotovoltaicos de occidente y centro apenas generaron 1.241 MWh en la jornada, una cifra mínima frente a la creciente demanda nacional.

Mientras el régimen intenta presentar una imagen de control, la población continúa sufriendo apagones prolongados que paralizan la vida diaria.

Las fallas eléctricas afectan no solo a los hogares, sino también a hospitales, acueductos y sistemas de refrigeración de alimentos, agravando el deterioro de los servicios básicos.

La situación resulta aún más alarmante si se considera que el sistema eléctrico debería operar con menor carga debido a que tres provincias completas permanecen desconectadas. Sin embargo, ni siquiera con una menor demanda el gobierno logra sostener la generación.

Este nuevo episodio refleja la profunda ineficiencia del Estado cubano para garantizar un servicio esencial, pese a décadas de control centralizado y promesas incumplidas de inversión en el sector energético.

A pocos días del paso del huracán Melissa, los daños, la falta de combustible y la mala gestión vuelven a colocar al país en una de sus peores crisis eléctricas de los últimos meses, confirmando que el problema no es solo climático, sino estructural y político.

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