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Embajada de EEUU se coordina con obispos cubanos para entregar ayuda humanitaria

La ayuda tiene el objetivo de cubrir las necesidades urgentes de los sectores más golpeados por Melissa

La Embajada de Estados Unidos en La Habana anunció que está llevando a cabo la entrega de tres millones de dólares en ayuda humanitaria para los damnificados del huracán Melissa, que afectó gravemente la región oriental de Cuba en octubre pasado.

Esta ayuda tiene como objetivo principal cubrir las necesidades urgentes de los sectores más golpeados por el desastre, brindando apoyo inmediato a las personas afectadas.

La asistencia será distribuida sin la intervención de organismos gubernamentales cubanos, en cumplimiento de las directrices de la administración de Donald Trump, que buscan evitar los canales oficiales en la entrega de recursos.

El jefe de Misión, Mike Hammer, se reunió con los obispos del oriente cubano para identificar las necesidades más apremiantes y garantizar que la ayuda llegue directamente a las comunidades, sin control estatal.

La distribución será organizada a través de la Iglesia Católica y Cáritas, dos instituciones presentes en las zonas más impactadas por el ciclón.

Este paquete de tres millones de dólares forma parte de un esfuerzo regional para asistir a los países afectados por el huracán. Además de Cuba, se destinaron 12 millones de dólares para Jamaica, 8,5 millones para Haití y 500.000 dólares para las Bahamas.

El apoyo a Cuba busca salvar vidas, reparar viviendas y mejorar las condiciones de los damnificados, quienes aún enfrentan severos daños en infraestructuras y servicios básicos.

Un impacto devastador

El huracán Melissa dejó una estela de destrucción en Cuba, afectando a más de 3,5 millones de personas, una cifra que supera las estadísticas oficiales del gobierno cubano. La ONU reportó que más de 90.000 viviendas fueron dañadas, y alrededor de 100.000 hectáreas de cultivos fueron destruidas, lo que ha generado una crisis alimentaria en varias provincias.

Las instalaciones médicas también fueron severamente afectadas, con más de 600 centros de salud dañados, y más de 2.000 centros educativos quedaron fuera de servicio.

Adicionalmente, el Sistema Eléctrico Nacional sigue siendo uno de los sectores más perjudicados, dejando a un tercio de los usuarios sin acceso a electricidad en las cinco provincias orientales.

El informe de la ONU resalta la magnitud de los daños, calificándolos como “enormes y de largo alcance”, lo que demuestra la urgencia de una distribución eficiente de la ayuda humanitaria. Esta situación ha llevado a la Oficina del Coordinador Residente de la ONU en Cuba a presentar un plan de acción de recuperación que contempla una asignación de 74,2 millones de dólares para la reconstrucción y asistencia de los grupos más vulnerables.

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