MINCIN informa sobre la última entrega de alimentos en Villa Clara
Muchos residentes de Villa Clara han cuestionado si este esfuerzo responde a las necesidades reales de la población
El Ministerio de Comercio Interior (Mincin) en Villa Clara ha anunciado que en los próximos días se llevará a cabo la última entrega de alimentos del año 2025, dirigida a embarazadas y personas en situación de vulnerabilidad.
Según Dalgys Corcho Oropeza, director de la empresa de Comercio Mayorista de la provincia, se beneficiarán más de 36.000 personas con este paquete gratuito de productos alimenticios.
Críticas a la iniciativa del Mincin
A pesar de la buena noticia, la entrega ha generado opiniones divididas en las redes sociales. Muchos residentes de Villa Clara han cuestionado si este esfuerzo responde a las necesidades reales de la población, dado que la mayoría de los más de 750.000 habitantes de la provincia se enfrentan a una situación de vulnerabilidad.
“Vulnerables estamos todos, cinco meses sin nada en la canasta básica”, comentó un residente en las redes, reflejando el malestar generalizado ante la escasez de productos básicos.
Escasez en Cuba
La falta de productos esenciales no solo afecta a los grupos prioritarios como embarazadas y personas mayores, sino a toda la población en general. En un contexto de crisis económica, los ciudadanos siguen exigiendo soluciones a largo plazo, mientras los testimonios de frustración crecen en las redes sociales.
El Mincin ha detallado que el paquete de alimentos destinado a los beneficiarios incluye dos kilogramos de arroz, un kilogramo de chícharos y un litro de aceite por persona. Adicionalmente, se distribuirán 40 onzas de chícharos y azúcar correspondientes a los meses de octubre y noviembre.
Retrasos en la distribución
Pese a las noticias, la distribución de arroz y aceite se ha visto afectada por retrasos, y no se sabe aún cuándo estos productos llegarán a la provincia.
La crisis alimentaria en Cuba se agrava por las dificultades que enfrenta la producción agrícola nacional, afectada por la escasez de insumos, combustible y el limitado apoyo económico, lo que obliga al país a recurrir a importaciones para satisfacer las necesidades básicas de su población.
La situación se complica aún más con el aumento de la inflación y el alto costo de los productos en los mercados negros y tiendas en moneda libremente convertible (MLC).
Esta brecha entre los sectores que pueden acceder a estos mercados y los que no, están profundizando las desigualdades sociales en el país. La economía cubana, atrapada en un ciclo de inflación y escasez, sigue afectando el poder adquisitivo de los ciudadanos, especialmente a los más vulnerables.
A todo se le suma el descontento generalizado que provoca el hecho de que el sistema centralizado de control estatal ha demostrado ser ineficaz para satisfacer las necesidades de la población. A pesar de las reformas económicas implementadas, la desconfianza sigue creciendo, ya que estas no han logrado corregir las distorsiones del mercado ni aliviar las presiones sobre los sectores más desfavorecidos.



