Cuba registra el mayor déficit eléctrico del año: crisis por más de 2.100 MW
La jornada se mantuvo con apagones las 24 horas en varias provincias, mientras un colapso total del SEN amenaza ante la falta de energía
Cuba continúa en una crisis energética sin precedentes, y este 1 de diciembre abrió el mes con el mayor déficit eléctrico en lo que va del año, al presentar más de 2.000 MW faltantes para satisfacer la demanda de la población.
De acuerdo con el parte oficial de la estatal Unión Eléctrica (UNE), este lunes la Isla registró un déficit energético de 2.105 MW en el horario pico nocturno, superando el récord de octubre pasado, cuando el país llegó a los 2.030 MW.
Para este 2 de diciembre, el panorama no mejora, con una afectación prevista de hasta 1.905 MW en el horario nocturno según las estimaciones del régimen, que, como ocurrió este 1 de diciembre, siempre quedan cortas por alrededor de 200 MW, lo que implica que esta noche nuevamente podría superarse la barrera de los 2.000 MW de déficit eléctrico.
La nueva proyección confirma que la crisis energética continúa profundizándose y que el gobierno sigue sin ofrecer soluciones reales para frenar el deterioro del Sistema Eléctrico Nacional (SEN).
Según el para el horario pico de este martes se espera una disponibilidad de apenas 1.465 MW, mientras que la demanda podría alcanzar 3.300 MW. Esto dejaría un déficit de 1.835 MW y una afectación de hasta 1.905 MW, una cifra que pone al país en una situación crítica y prolonga los apagones diarios que golpean a la población.
Este comportamiento se ha vuelto habitual en los últimos meses, especialmente desde que las termoeléctricas más importantes del país han sufrido fallas constantes y un mantenimiento que no alcanza para sostener la carga del sistema.
A las 6:00 am de este lunes, la disponibilidad real del SEN era de apenas 1.240 MW frente a una demanda de 2.398 MW, lo que ya generaba una afectación de 1.167 MW.
El reporte también detalla un conjunto de incidencias que, combinadas, explican el colapso del sistema. Entre las averías principales se encuentran la unidad 2 de la central termoeléctrica (CTE) Felton y la unidad 3 de la CTE Renté, ambas esenciales para la generación en la región oriental.
Además, permanecen en mantenimiento varias unidades clave: la 5 de Mariel, la 2 de Santa Cruz, la 4 de la CTE Carlos Manuel de Céspedes en Cienfuegos y la planta de tratamiento de gas de Energás Puerto Escondido.
La generación distribuida —que en teoría debería servir como respaldo en momentos críticos— atraviesa una situación igual de alarmante. La UNE reporta 102 centrales paralizadas por falta de combustible, lo que suma 914 MW fuera de servicio.
A esto se añaden otros 72 MW indisponibles por falta de lubricantes. En total, casi 1.000 MW están perdidos por la incapacidad del gobierno de asegurar los insumos básicos para la operación.
En La Habana, la Empresa Eléctrica informó que los apagones se extendieron durante todo el día de ayer, con una afectación máxima de 499 MW a las 18:30 horas.
La entidad reconoció que no pudo cumplir con la programación establecida por la baja disponibilidad del sistema, que dejó fuera de servicio los bloques 1, 2, 3 y 4, con una afectación total de 151 MW solo en la capital.
Una crisis energética sin fin a la vista
Este panorama confirma un deterioro progresivo que se ha denunciado durante todo 2025. El régimen cubano continúa responsabilizando a factores externos, mientras ignora las causas internas: falta de inversión sostenida, abandono de la infraestructura termoeléctrica, escaso mantenimiento, pérdida de personal técnico y una dependencia casi total del combustible importado.
Aunque el gobierno ha anunciado la entrada de nuevos parques solares, la generación renovable sigue siendo insuficiente. Este lunes, los 33 parques fotovoltaicos del país produjeron 2.623 MWh y alcanzaron una potencia máxima de 448 MW. Sin embargo, esta cifra no compensa las caídas en la generación térmica ni la magnitud del consumo nacional.
Para millones de cubanos, estos apagones significan mucho más que cortes temporales: afectan la conservación de alimentos, paralizan el bombeo de agua, dificultan la atención médica y golpean la economía familiar en un año marcado por la inflación y el encarecimiento de la vida. Mientras tanto, la UNE continúa publicando partes diarios que confirman una realidad cada vez más insostenible.
Con el mayor déficit del año y sin señales de recuperación a corto plazo, Cuba entra en diciembre con un sistema eléctrico al borde del colapso total, y una población exhausta ante un problema que parece no tener fin.



