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Ahora en La Habana: cubanos salen a protestar por apagones interminables

Aunque se ha visto un aumento de movimientos, como ocurrió en Gibara, el descontento no es tanto para que se dé un levantamiento masivo

Vecinos de La Habana salieron nuevamente a las calles este domingo 21 de septiembre para protestar contra los apagones interminables que sufre la capital de Cuba.

Los cacerolazos, los bloqueos de calles y las consignas de rechazo al régimen se registraron en municipios como San Miguel del Padrón —en el reparto Dolores— y Boyeros, en el barrio de Calabazar, justo después de que ocurriera el quinto colapso del Sistema Eléctrico Nacional (SEN) en menos de un año.

En los videos difundidos en redes sociales se aprecia a los manifestantes golpeando ollas y expresando su frustración por la falta de electricidad, agua y alimentos refrigerados en sus hogares.

En varias grabaciones no se observa la presencia inmediata de fuerzas del orden, lo que dejó en evidencia la magnitud del malestar popular. Según reportes del periodista independiente José Luis Tan Estrada, también se documentaron protestas en Versalles, Matanzas.

La causa de este nuevo estallido ciudadano fue otro apagón masivo que afectó a varios sectores de la capital. A través de su cuenta en X, Tan Estrada compartió imágenes de los focos de protesta y describió la situación como “tensa” y con una carga social “cada vez más explosiva”.

Estas manifestaciones surgen en medio de un panorama energético cada vez más precario. La salida imprevista de centrales clave, como la termoeléctrica Antonio Guiteras, ha dejado al país con una disponibilidad de generación muy por debajo de la demanda.

 

Aunque las autoridades aseguran haber sincronizado algunas unidades y activado plantas de respaldo, los déficits superan los 1 900 MW en horas de máxima carga, lo que en la práctica se traduce en cortes diarios que sobrepasan las 12 horas seguidas en muchos barrios.

Mientras el régimen proclama proyectos energéticos y anuncia soluciones que nunca llegan, la realidad es que millones de cubanos quedan a oscuras sin un plan de rotación claro ni estabilidad garantizada.

Las protestas de La Habana confirman que el descontento social sigue en aumento, y se dan a unos días de que varios fueran detenidos en Gibara por protestar por la misma razón: la incapacidad del gobierno para resolver la crisis eléctrica.

En menos de dos semanas, se han registrado protestas en El Cerro, San Miguel del Padrón, Cojímar, Calabazar, Regla y Centro Habana, todas motivadas por apagones prolongados y, en algunos casos, por la falta de agua potable.

El deterioro de los servicios básicos y la falta de soluciones reales refuerzan la sensación de abandono que viven los ciudadanos frente a un Estado que mantiene el monopolio eléctrico, pero demuestra cada día su ineficiencia crónica para administrarlo.

Sin embargo, el descontento de los cubanos no parece ser demasiado, pues todas estas protestas se disipan sin llegar a nada más, muchas veces basta solo la promesa del régimen de resolver el problema o una solución temporal -como una pipa de agua- para que la gente vuelva a sus hogares sin exigir nada más.

 

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