Arrestan a falsa enfermera con negocio ilícito en hospital de Holguín
Aunque Cuba se presume como “potencia médica”, el deterioro de su sistema de salud ha dejado a muchos sin atención segura y digna
Un insólito caso en el Hospital Vladimir Ilich Lenin, de Holguín, ha dejado al descubierto no solo la vulnerabilidad de los controles internos en el sistema sanitario cubano, sino también la degradación de valores en un sector que debería ser garante de la vida.
Una mujer identificada como Belkis Bauzá fue sorprendida haciéndose pasar por enfermera para lucrar con una actividad tan ilegal como indignante: alquilar camas de parto a familias a cambio de dinero.
La denuncia, divulgada por el perfil oficialista Cazador Cazado, provocó una oleada de indignación en redes sociales. Según la versión oficial, Bauzá no tenía ninguna preparación médica ni vínculo con el hospital.
Aun así, se movía libremente por sus pasillos, detectaba camas disponibles y las “vendía” a gestantes que buscaban asegurar un lugar para dar a luz.
Este esquema ilegal confirma la existencia de un mercado negro dentro del propio centro de salud, donde —como muchos ciudadanos señalaron— los recursos públicos son objeto de transacciones bajo la mesa.
“Hace tiempo que las camas se venden ahí, eso lo sabe todo el mundo”, escribió un internauta. Otro comentó que el negocio va más allá: “No es solo la cama… ahí venden todo, hasta las cesáreas y ligaduras”.
Pese a la gravedad de las acusaciones, la nota oficial omitió cualquier referencia a una posible red de cómplices entre el personal, lo que alimentó la percepción de que se castiga únicamente al eslabón más débil mientras los responsables de mayor rango permanecen en la sombra.
Este no es un hecho aislado. En los últimos años, múltiples denuncias ciudadanas han documentado negligencias, desabastecimiento y corrupción en hospitales cubanos.
Desde parturientas obligadas a llevar sus propios insumos médicos hasta pacientes que deben pagar sobornos para acceder a cirugías urgentes, el deterioro del sistema de salud ha dejado a muchos sin una atención segura y digna.
En 2023, por ejemplo, trascendió el caso de una mujer que perdió a su bebé en La Habana tras esperar horas por un equipo de reanimación que nunca llegó.
A estos incidentes se suman escándalos recientes como la venta ilegal de medicamentos dentro de hospitales y farmacias estatales, o el hallazgo de insumos médicos desviados hacia el mercado negro mientras pacientes enfrentaban largas listas de espera.
Organizaciones independientes y defensores de derechos humanos advierten que, aunque el gobierno insiste en mantener la imagen de una “potencia médica”, la realidad diaria está marcada por la precariedad, el abandono y un creciente mercado clandestino que convierte la salud en un privilegio y no en un derecho.



