Cuba en apagones: más de 1.600 MW de déficit por desconexión de CTE
La falta de combustible y las averías no dan descanso a los cubanos, que soportan jornadas de más de 12 horas sin electricidad
Cuba enfrenta este 28 de noviembre un déficit eléctrico crítico que alcanzará su punto más grave en el horario pico nocturno, cuando se prevé una afectación de hasta 1,610 megavatios (MW).
El Sistema Eléctrico Nacional (SEN) apenas contará con una disponibilidad de 1,560 MW frente a una demanda estimada de 3,200 MW, según el parte oficial difundido esta mañana.
El pronóstico confirma que los apagones continuarán golpeando a la población en todo el país, en medio de una crisis energética que el régimen no ha logrado controlar pese a las reiteradas promesas de recuperación.
El reporte detalla que, a las 06:00 horas, la disponibilidad del SEN era de solo 1,560 MW, mientras que la demanda alcanzó 2,450 MW, lo que dejó 980 MW afectados por déficit de capacidad. En el horario del mediodía las afectaciones rondarán los 900 MW.
Aunque el Gobierno insiste en destacar el aporte de los 33 nuevos parques solares fotovoltaicos —que ayer generaron 2,847 MWh y alcanzaron 507 MW de potencia máxima—, esta cifra resulta insuficiente para compensar las crecientes limitaciones en la generación térmica y distribuida.
Durante el día anterior, Cuba enfrentó afectaciones durante las 24 horas. La máxima interrupción del servicio llegó a 1,850 MW a las 19:00 horas, una muestra clara de que la situación está lejos de estabilizarse.
La crisis arrastra averías, mantenimientos prolongados, carencias de combustible y fallos acumulados en un sistema eléctrico que no ha recibido inversiones estructurales suficientes. Las autoridades, sin embargo, siguen atribuyendo las fallas a “causas técnicas” sin asumir responsabilidades de fondo.
Entre las principales incidencias reportadas hoy se encuentra la avería en la Unidad 2 de la Central Termoeléctrica (CTE) Felton, uno de los bloques más importantes del país. Además, continúan en mantenimiento la Unidad 5 de la CTE Mariel, la Unidad 2 de la CTE Santa Cruz y la Unidad 4 de la CTE Carlos Manuel de Céspedes en Cienfuegos.
A esto se suma una reducción de 526 MW por limitaciones en la generación térmica. El panorama empeora con la afectación de la generación distribuida: 96 centrales están fuera de operación por falta de combustible, lo que representa una pérdida de 868 MW, además de otros 63 MW indisponibles por falta de lubricante. En total, 931 MW están fuera por este motivo.
Ese cúmulo de fallos y carencias vuelve imposible recuperar la estabilidad eléctrica que el régimen ha prometido durante meses. La situación energética del país se ha agravado desde el paso del huracán Melissa, cuyo impacto dejó daños en redes, postes y circuitos en varias provincias.
Más de un mes después, aún hay comunidades que continúan sin electricidad, una señal del lento avance de las reparaciones y de la fragilidad del SEN.
Vecinos de zonas rurales y municipios periféricos han denunciado que el servicio no se ha restablecido por completo y que las brigadas demoran en llegar, mientras las autoridades limitan la información pública sobre los retrasos.
La incapacidad para responder con rapidez y eficacia a las consecuencias del huracán ha profundizado el malestar social. La ciudadanía enfrenta jornadas extensas sin electricidad, sin refrigeración de alimentos y con dificultades crecientes para cocinar, trabajar y acceder a servicios básicos.
Para muchos, el diagnóstico diario del SEN se ha convertido en un recordatorio de que la crisis energética no es un episodio aislado sino una falla estructural que se ha agravado bajo la actual administración.
El pronóstico de hoy no ofrece señales de mejora. Si las condiciones previstas se cumplen, el país vivirá otro apagón masivo durante la noche, en un contexto de desgaste económico y social que continúa acumulándose.
Mientras tanto, la población sigue esperando soluciones reales y duraderas, en un panorama donde las promesas oficiales se consumen tan rápido como la poca energía disponible.
