Cuba lanza un repelente ‘casero’ contra mosquitos en plena epidemia
El anuncio se presenta como una respuesta a la proliferación del mosquito transmisor del dengue, zika y chikungunya
El régimen cubano anunció la producción de un repelente natural contra mosquitos, elaborado a base de caña santa, en medio de una epidemia de arbovirosis que, según cifras oficiales, ya ha afectado a más de un tercio de la población y mantiene bajo presión a las autoridades sanitarias de la Isla.
El nuevo producto, desarrollado en la provincia de Granma, llega tras meses de quejas por negligencia estatal, falta de fumigación y un sistema hospitalario desbordado por las enfermedades.
De acuerdo con una publicación del telecentro de Granma, la Empresa Laboratorio Farmacéutico Medilip, en conjunto con la Empresa de Farmacia y Ópticas de esa provincia, inició la fabricación de un repelente de caña santa que se comercializará para “proteger a la población” y apoyar las acciones de control vectorial.
El anuncio se presenta como una respuesta oficial a la proliferación del mosquito Aedes aegypti, transmisor del dengue, zika, chikungunya y otros virus. Sin embargo, la población percibe esto como una muestra más de que el régimen castrista carece de los recursos para elaborar repelentes reales, dependiendo de remedios caseros para intentar lidiar con la crisis.
El producto, catalogado como “100% natural”, combina Tintura de Neem y Caña Santa y está diseñado para aplicarse directamente sobre la piel, con el propósito de reducir las picaduras de mosquitos y jejenes.
El precio fijado para un litro es de 200 CUP, una cifra considerable si se compara con los salarios y pensiones que reciben la mayoría de las familias cubanas, ya golpeadas por la inflación y el desabastecimiento.
Crisis de arbovirosis desbordada en la Isla
La expansión del Aedes aegypti se ha visto favorecida por la acumulación de basura, el deficiente manejo de desechos y la falta de campañas de fumigación sistemática en amplias zonas del país.
La situación sanitaria se ha deteriorado al punto de que la chikungunya registra, por primera vez, transmisión autóctona en Cuba, con numerosos enfermos que reportan dolores intensos en las articulaciones, sobre todo en tobillos, rodillas, manos y codos.
El Ministerio de Salud Pública ha insistido en la necesidad de ingresar en hospitales a los pacientes que presenten signos de alarma, especialmente niños, embarazadas y adultos mayores. Sin embargo, los propios reportes oficiales admiten que no hay camas suficientes para atender a la avalancha de casos, lo que deja a muchos enfermos en sus viviendas, sin supervisión médica adecuada y con riesgo de complicaciones.
A pesar de que algunos especialistas vinculados al gobierno hablan de una “tendencia a la disminución” de los diagnósticos, las autoridades reconocen que la amenaza persiste en al menos 14 provincias.
La población recibe constantes llamados a eliminar criaderos de mosquitos dentro y fuera de las casas, en depósitos de agua y áreas comunes, como una de las pocas herramientas al alcance de los ciudadanos.
Medidas oficiales centradas en la población
Junto con la producción del nuevo repelente, las instituciones estatales reiteran la orientación de usar mosquiteros, tapar recipientes donde se almacena agua y realizar fumigaciones “particulares” en las viviendas, ante la insuficiencia de las brigadas oficiales.
En la práctica, gran parte de la carga del control vectorial recae sobre las familias, que deben improvisar soluciones en medio de la escasez de recursos y productos de higiene.
Las campañas de comunicación enfatizan la responsabilidad individual y comunitaria, pero evitan abordar en profundidad la falta de inversión en saneamiento, la irregularidad en la recogida de basura y las deficiencias estructurales que alimentan el ciclo de transmisión de estas enfermedades.



