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Cuba no descansa de los apagones ni en la víspera del huracán Melissa

Los protocolos de desconexión preventiva reducen más la capacidad de generación, afectando provincias en donde el ciclón ni siquiera golpeará

Este 29 de octubre de 2025, a pocas horas de la inminente llegada del huracán Melissa al oriente de Cuba, el país enfrenta un nuevo episodio de crisis energética.

Según la actualización del Sistema Electroenergético Nacional (SEN) publicada a las 19:00 horas por la Unión Eléctrica (UNE), la disponibilidad de generación apenas alcanzó los 1.185 megawatts (MW), frente a una demanda nacional de 2.455 MW.

Esto se traduce en un déficit de generación que dejó una afectación estimada de 1.295 MW en el horario pico nocturno, confirmando que los apagones continúan extendiéndose en todo el territorio nacional.

De acuerdo con el parte oficial, durante la jornada se registraron algunos intentos de recuperación en la generación. A las 14:22 entró en línea la Unidad 3 de la Central Termoeléctrica (CTE) Ernesto Guevara de la Serna, en Santa Cruz del Norte, y a las 18:37 lo hizo la Unidad 1 de la misma planta.

Además, a las 14:24 se reportó en proceso de arranque la Unidad 3 de la CTE Carlos Manuel de Céspedes, en Cienfuegos.

Sin embargo, estos ingresos no fueron suficientes para revertir el panorama general, que sigue caracterizado por un déficit estructural y una dependencia crítica de equipos envejecidos y poco eficientes.

La situación del SEN se complica ante el inminente impacto del huracán Melissa, previsto para entrar a Cuba este miércoles 29 de octubre.

En las provincias orientales, las autoridades ya aplican protocolos de desconexión preventiva para evitar daños mayores, lo que reducirá aún más la capacidad de generación y distribución eléctrica en las próximas horas.

Pese a la llegada del ciclón y la desconexión de varias provincias, el régimen continúa sin demostrar una capacidad real para garantizar el servicio eléctrico al resto del país.

Los apagones diarios afectan no solo los hogares, sino también hospitales, plantas de agua potable y centros de conservación de alimentos, lo que agrava las condiciones de vida de millones de cubanos.

Mientras tanto, el gobierno de Miguel Díaz-Canel insiste en destacar la entrada en funcionamiento de algunas unidades como “logros del esfuerzo nacional”, aunque la realidad demuestra lo contrario: Cuba sigue dependiendo de un sistema eléctrico obsoleto, con graves problemas de mantenimiento, escasez de combustible y falta de inversión eficiente.

A las puertas del huracán Melissa, el país enfrenta una vez más su fragilidad energética y la incapacidad del régimen para garantizar siquiera los servicios básicos.

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