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Cuba reporta más de 2.000 MW de déficit energético con 3 provincias fuera

Ni siquiera con parte del territorio desconectado por el huracán Melissa, el régimen alcanza a cubrir la demanda de la población restante

La crisis energética en Cuba es tal, que el régimen no puede proveer electricidad a su población ni siquiera cuando varias provincias se encuentran desconectadas debido a la llegada del huracán Melissa, superando así el déficit eléctrico con el más alto en varios meses.

A las 19:00 h del 28 de octubre de 2025, el sistema eléctrico cubano registraba un déficit de 2.031 MW, según partes oficiales, mientras las provincias de Granma, Santiago de Cuba y Guantánamo permanecían desconectadas del Sistema Electroenergético Nacional (SEN).

La estatal Unión Eléctrica de Cuba (UNE) atribuye la desconexión a los protocolos de actuación frente a ciclones, pero el hecho evidencia la grave incapacidad del gobierno para asegurar servicios básicos incluso sin que toda la demanda de la población esté activa.

La UNE informó que fuera de servicio estaban las unidades 3, 5 y 6 de la CTE Antonio Maceo “Renté” y los motores de fuel de Moa, como parte de las incidencias que condujeron al déficit.

Este nivel de falta de cobertura sugiere que el SEN solo está operando con una fracción de la generación requerida, lo cual agrava los apagones diarios y prolongados que afectan a millones de cubanos.

Ya informes independientes señalaban que el país operaba “prácticamente con la mitad de la energía que demanda” ante déficits superiores a 1.800 MW.

El panorama para la rutina de la población es cada vez más complicado. Los cortes frecuentes implican interrupciones en hogares, servicios sanitarios, bombeo de agua, refrigeración de alimentos y comunicaciones.

Mientras el gobierno prioriza desconexiones parciales en zonas consideradas de riesgo por el huracán, el resto del país no se librará de afectaciones severas, pues el margen de déficit ya alcanza más del 40 % de la demanda proyectada.

La crítica se dirige a la gestión estatal que, pese a reconocer recurrentes fallos en plantas termoeléctricas, falta de combustible y movilidad, continúa sin resolver la crisis estructural.

En lugar de abordar mantenimiento, inversión en repuestos, eficiencia energética y diversificación de fuentes, el régimen mantiene una producción vulnerable ante eventos extremos y desconexiones.

La desconexión preventiva de tres provincias por el huracán señala que el sistema no estaba preparado para emergencias.

A esta falla técnica se suma la ineficiencia en inversiones. Proyectos fotovoltaicos, renovación de centrales térmicas y redes eléctricas siguen sin mostrar mejoría sustancial en la cobertura nocturna ni en la estabilidad ante fenómenos meteorológicos.

El déficit de 2.031 MW en una tarde cualquiera refleja que la capacidad de generación actual es insuficiente para satisfacer la demanda básica de energía del país, lo que ya se sabía, pero sorprende en estas circunstancias.

Mientras los apagones diarios continúan, y podrían empeorar tras el impacto del ciclón, la población aguarda en desespero, con una pésima calidad de vida entre la crisis alimentaria, sanitaria y la falta de servicios básicos que el régimen no puede cubrir.

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