Cubana con formulario I-220A y grave enfermedad es detenida por ICE
Ella y su esposo llegaron buscando tratamiento para su enfermedad relacionada con el cáncer que padeció, y ahora podrían deportarla
La cubana Katia Pérez Baute, de 38 años y residente en Estados Unidos desde 2022 bajo el amparo de un formulario I-220A, fue detenida recientemente por agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) y trasladada a un centro de detención en Dallas, Texas.
Su arresto ha generado preocupación debido a su delicado estado de salud y a los riesgos que enfrenta bajo custodia, mientras sectores de la comunidad migrante cuestionan nuevamente las políticas impulsadas por la administración de Donald Trump.
El endurecimiento de los procesos de control migratorio ha afectado de manera directa a cientos de cubanos que anteriormente respaldaron su llegada al poder.
Según indicó en redes sociales el periodista de Univision Javier Díaz, Katia padece secuelas de un tumor de Wilms diagnosticado en la infancia, por lo que fue sometida a dos cirugías y actualmente sobrevive con medio riñón.
Debido a esta condición, requiere medicamentos constantes como Tramadol y Gabapentin para aliviar el dolor crónico y mantener estable su sistema nervioso, lo que dificulta su permanencia en instalaciones de ICE, donde la atención médica suele ser limitada y su sistema inmunológico podría deteriorarse rápidamente.
Desde su llegada a Estados Unidos en 2022, Katia mantuvo una conducta estable, trabajó y se integró a su comunidad, además de cumplir puntualmente con sus compromisos judiciales, sin embargo, ICE se ha enfocado en todos los migrantes latinos, incluyendo aquellos sin antecedentes penales.
De acuerdo con la misma fuente, “ha cumplido con todas sus citas de corte y se le llegó a decir que esperara su residencia”.
Sin embargo, pese a no tener antecedentes penales ni sanciones administrativas, ICE emitió una orden de arresto en su contra, reemplazando la expectativa de regularización por un proceso de detención que podría derivar en deportación.
Familiares y allegados insisten en que no representa un riesgo para la seguridad pública. “Ni siquiera tiene una multa de tráfico”, lamentó una fuente cercana al caso.
La preocupación principal radica en que una deportación o una estancia prolongada en prisión impediría el acceso regular a su tratamiento, lo que pondría su vida en peligro.
El caso suma incertidumbre a los miles de cubanos que permanecen con el mismo permiso, el formulario I-220A, que ya no es una garantía de estancia y que expertos aseguran podría llevar a miles de deportaciones.
El caso se presenta en un contexto a unos días de que el gobierno de EEUU informara que, tras la implementación de medidas impulsadas en lo que va de la gestión de Trump, se ha detenido a casi medio millón de inmigrantes, más del 30% de ellos sin historial delictivo.
El malestar dentro de la comunidad cubana en EEUU, que percibe que las políticas migratorias actuales contradicen las promesas que motivaron su apoyo electoral en ciclos anteriores, es creciente, aunque el republicano siempre advirtió que buscaba la deportación de todos los inmigrantes latinos.
La audiencia de Katia está programada para el 4 de noviembre; no obstante, su entorno teme que pueda ser deportada antes de que sus argumentos sean revisados.
Su defensa insiste en que la prioridad debería centrarse en garantizar su acceso a medicamentos y evitar la interrupción de tratamientos vitales, mientras defensores de derechos migratorios señalan que situaciones como esta profundizan la desconfianza entre ciudadanos cubanos que aspiraban a hallar seguridad jurídica y atención humanitaria.
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