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Cubano deportado a Esuatini permanece en prisión de máxima seguridad

El hombre se encuentra actualmente recluido en el Complejo Correccional de Matsapha, situado cerca de Mbabane

Un cubano deportado por la administración de Donald J. Trump a Esuatini, la última monarquía absoluta en África, lleva más de siete semanas recluido en una prisión de máxima seguridad sin cargos específicos y sin acceso a abogados, según denunció el martes la agencia de noticias AP.

Este caso forma parte de un grupo de cinco migrantes, entre los que se encuentran ciudadanos de Yemen, Jamaica, Laos y Vietnam, quienes fueron trasladados en julio a Esuatini como parte del programa de deportación de Estados Unidos a terceros países.

Este controversial programa ha sido criticado por organizaciones de derechos humanos debido a la falta de transparencia y la arbitrariedad en su aplicación.

Los detenidos están actualmente recluidos en el Complejo Correccional de Matsapha, situado cerca de Mbabane, la capital de Esuatini. Abogados que intentaron visitar a los prisioneros informaron que las autoridades penitenciarias les negaron el acceso, alegando que solo la embajada de Estados Unidos podía autorizar dicha visita.

“¿Desde cuándo la embajada de Estados Unidos tiene jurisdicción sobre las cárceles nacionales de Esuatini?”, cuestionó la abogada Alma David, denunciando la falta de información sobre las razones de la detención y el tiempo que los migrantes permanecerán en prisión.

El caso del cubano deportado

El cubano deportado, cuya identidad no ha sido revelada, fue presentado por el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) en julio como uno de los “criminales tan peligrosos que sus países de origen se negaron a aceptarlos”.

Según documentos oficiales, el detenido cumplió una condena en EEUU por asesinato en primer grado, agresión a un policía, hurto y conducción temeraria, y fue señalado como miembro de la pandilla Latin Kings.

Aunque Cuba está obligada a recibir a sus nacionales según acuerdos migratorios, en la práctica, el gobierno cubano ha rechazado de forma sistemática a aquellos con antecedentes penales graves, lo que ha permitido que estos individuos sean enviados a terceros países sin vínculos culturales o jurídicos con ellos.

Un precedente inquietante

El caso no es único. En mayo, dos cubanos, José Manuel Rodríguez Quiñones y Enrique Arias Hierro, fueron enviados a Sudán del Sur, uno de los países más inestables del mundo, tras la negativa de La Habana a recibirlos.

Posteriormente, la Corte Suprema de EEUU avaló las deportaciones a terceros países, incluso en casos en los que los migrantes podrían estar en riesgo de tortura o muerte, abriendo el camino para que la Casa Blanca expanda esta práctica.

Actualmente, el panorama para el cubano y los otros detenidos en Esuatini es incierto. Las autoridades locales confirmaron que los cinco hombres fueron ingresados en régimen de aislamiento, en la misma prisión donde se encuentran recluidos activistas prodemocracia.

Al respecto, organizaciones locales han advertido que este acuerdo con Estados Unidos coloca a Esuatini en el papel de un “vertedero de criminales extranjeros”, mientras que los familiares y defensores de los derechos humanos temen que los migrantes enfrenten una detención indefinida, sin un proceso legal adecuado.

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