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Cubanos envían caravana con ayuda para víctimas del huracán Melissa

Este esfuerzo colectivo contrasta con el régimen, que mantiene un control absoluto de los recursos, pero no responde en las emergencias

Una caravana de motociclistas del municipio de Amancio, en Las Tunas, partió este martes rumbo a las zonas más golpeadas del oriente cubano para entregar ayuda humanitaria a los damnificados por el huracán Melissa, que dejó graves inundaciones, pérdidas materiales y comunidades aisladas.

Las imágenes que circularon en redes sociales mostraron a decenas de motoristas cargando alimentos, ropa y artículos de primera necesidad.

Sin pertenecer a ninguna institución oficial, los voluntarios se organizaron por iniciativa propia para asistir a los afectados, en un gesto que muchos usuarios celebraron como una muestra genuina de solidaridad popular.

“Qué satisfacción ver la caravana de los motoristas de nuestro municipio Amancio con la iniciativa de aportar su solidaridad ante los damnificados por el ciclón”, escribió una internauta en el grupo Revolico Amancio.

Mientras tanto, los reportes desde las provincias más dañadas —Santiago de Cuba, Holguín, Granma y Guantánamo— revelan una realidad crítica.

Varias comunidades continúan sin electricidad ni suministro de agua potable, y la distribución oficial de alimentos y materiales de construcción avanza con extrema lentitud, una situación que ha generado frustración entre la población.

La respuesta estatal al paso del huracán ha sido, una vez más, tardía y desorganizada, repitiendo el patrón de ineficiencia que caracteriza la gestión de emergencias en la Isla.

Aunque las autoridades han prometido acelerar la entrega de recursos, la logística centralizada y la falta de combustible han frenado la llegada de la ayuda.

En contraste, son los propios cubanos quienes, desde sus comunidades o desde el exilio, han actuado con rapidez para socorrer a los damnificados.

La organización independiente Ciudadanía y Libertad informó que ha conseguido reunir más de una tonelada de ayuda humanitaria para las familias afectadas.

En apenas tres días, lograron recolectar 2.314 libras de alimentos, medicamentos y artículos de higiene, tanto en Miami como en Madrid, demostrando el compromiso de la diáspora con su país.

Este esfuerzo colectivo contrasta con la rigidez del aparato estatal, que mantiene un control absoluto sobre la distribución de recursos, pero no logra responder con la celeridad que la emergencia demanda.

El paso de Melissa no solo dejó daños materiales, sino que volvió a poner en evidencia la fragilidad del sistema de respuesta ante desastres en Cuba. Sin un plan eficiente y con recursos cada vez más escasos, la reconstrucción dependerá, como tantas otras veces, de la voluntad y la solidaridad del pueblo, que se organiza al margen de la burocracia para brindar apoyo a quienes más lo necesitan.

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