Cubanos recién deportados desde EEUU denuncian acoso por parte del régimen

Los ciudadanos cubanos que fueron deportados a la Isla desde los Estados Unidos el pasado lunes 24 de abril han denunciado ser víctimas de acoso por parte de las autoridades castristas.

Según el medio Univisión, estas personas se mantienen encerradas en sus viviendas desde que regresaron de EEUU para evitar la persecución policial por parte de la Seguridad del Estado, algo que ha sido confirmado por familiares de los deportados.

“Los muchachos tienen miedo a salir a la calle porque saben que cualquier cosa que ellos hagan los van a recoger. No pueden buscar trabajo, ni pueden trabajar para el estado”, declaró el ciudadano Antonio Franco, familiar de uno de los más de 120 cubanos deportados a inicios de semana.

Franco indicó al periodista Daniel Benítez que estos cubanos ya no podrán hacer nada en la Isla, pues han quedado marcados como personas que intentaron escapar del país. En ese sentido, señaló que será casi imposible para ellos el conseguir un buen trabajo en Cuba.

“Ellos son cubanos y están en tierra cubana. El gobierno va a hacer con ellos lo que le dé la gana. Ya no tienen futuro. Los que iban a la universidad ya no pueden regresar, los médicos ya no pueden practicar medicina”.

La deportación desde los Estados Unidos representa el fin de los sueños de estas personas, algunas de las cuales pasaron meses detenidos en territorio norteamericano a la espera de que se resolverán sus casos migratorios.

Uno de los cubanos que fueron devueltos, identificado como Alejandro de la Rosa, indicó a Telemundo 51 que este fue separado de su esposa embarazada luego de entrar a EEUU.

Según sus declaraciones, él fue puesto bajo detención en uno de los centros migratorios del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés), luego de que este no pudiera demostrar miedo creíble durante su entrevista.

Por su parte, la esposa de De la Rosa, Rachel Vázquez Batista, salió en libertad a los pocos días, y desde entonces no ha podido ver a su pareja en persona. Ahora, ambos están más separados que nunca, pues ella reside en Houston, Texas, mientras él arribó a La Habana después de ser expulsado del país norteamericano.

Historias como estas son comunes entre los migrantes deportados, pero aumentarán aún más considerando que EEUU busca incrementar la cantidad de vuelos de deportación que ejecuta con sus aliados regionales.

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