EEUU comparte datos de vuelos con ICE para arrestar migrantes

Desde marzo de 2025, la Administración de Seguridad en el Transporte (TSA) ha entregado al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) las listas de todos los viajeros aéreos en los Estados Unidos.

Esta medida, impulsada por la administración Trump, tiene como objetivo identificar y detener a personas que enfrentan órdenes de deportación, implementando un control más estricto en los aeropuertos.

Según revelaciones de The New York Times, las autoridades migratorias han estado recibiendo estas listas varias veces por semana, lo que ha permitido desplegar agentes en terminales aéreas para efectuar detenciones.

El mecanismo consiste en cotejar los nombres de los pasajeros con bases de datos de personas con órdenes de deportación. Sin embargo, no se han especificado los detalles exactos de los arrestos realizados hasta el momento.

Un exfuncionario de ICE indicó que en su región, el 75% de los casos detectados a través de este programa terminó en detenciones.

Entre los casos más notorios figura el de Any Lucía López Belloza, una joven de 19 años arrestada en el aeropuerto Logan de Boston en noviembre cuando intentaba abordar un vuelo a Texas para reunirse con su familia. Dos días después fue deportada a Honduras.

Esta estrategia coincide con las declaraciones de la secretaria del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), Kristi Noem, quien ha proclamado avances históricos en el control migratorio.

Según cifras del DHS, desde enero de 2025, más de 2,5 millones de migrantes irregulares han salido de Estados Unidos, incluyendo 605.000 deportaciones y 1,9 millones de personas que abandonaron el país voluntariamente.

Noem atribuye estos logros a un giro en las políticas migratorias de la administración Trump, afirmando que el presidente ha restaurado las “misiones centrales” del DHS, lo que ha permitido, según ella, asegurar la “frontera más segura de la historia”.

Esta estrategia ha sido criticada por organizaciones que defienden los derechos civiles, por sus implicaciones en la privacidad y el debido proceso, especialmente en lo que respecta a las detenciones sin previo aviso en lugares públicos como aeropuertos.

Aumento de la vigilancia estatal

El uso de los datos de pasajeros forma parte de un paquete más amplio de medidas para reforzar el control migratorio.

ICE ha destinado más de 1.400 millones de dólares en contratos con empresas tecnológicas, con el fin de mejorar su capacidad de vigilancia. Estas inversiones incluyen sistemas de reconocimiento facial, monitoreo de redes sociales y software para hackear teléfonos móviles.

Una de las iniciativas más controversiales es el sistema de inteligencia artificial desarrollado por Signal Labs.

Este software será capaz de rastrear y analizar la actividad de usuarios en redes sociales, identificando inmigrantes a través de sus publicaciones, imágenes, ubicaciones y características físicas.

Adicionalmente, el sistema podrá detectar tendencias y generar alertas automáticas para el ICE, lo que podría facilitar la localización y captura de inmigrantes, incluso de aquellos sin antecedentes penales.

Este nuevo sistema de IA promete acelerar las detenciones y deportaciones, lo que podría aumentar la presión sobre las comunidades inmigrantes, que ya viven bajo un clima de vigilancia constante y temor.