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Migrantes deportados a África corren riesgos de salud y hasta de muerte

Mientras para viajar como turista son obligatorias las vacunas, los inmigrantes son enviados de EEUU sin ninguna protección, ni siquiera contra virus letales

Una nueva amenaza es enfrentada por los deportados enviados por Estados Unidos a países africanos, quienes además de la dificultad de volver a sus países de origen, afrontan riesgos sanitarios graves por la falta de preparación médica y las condiciones de detención en los lugares de destino.

La administración de Donald Trump ha ordenado deportaciones “exprés” de ciudadanos de México, Cuba y otros países latinos a naciones como Esuatini y Ghana, en el continente africano.

Las expulsiones a “terceros países”, como se han dado a conocer, han provocado cuestionamientos jurídicos y humanitarios, lo que eleva la exposición de los deportados a amenazas infecciosas propias de la región si no reciben vacunación ni profilaxis adecuadas.

Y es que para viajar o ser reubicado en África, las autoridades sanitarias recomiendan varias vacunas básicas y específicas. Entre las más importantes están la vacuna contra la fiebre amarilla —obligatoria en varios países del continente—, hepatitis A y B, tifoidea, meningocócica, polio y la vacuna contra el sarampión (MMR) si no está completa.

Además, en ciertos destinos se aconseja la vacuna antirrábica y la vacuna oral contra el cólera para viajes de alto riesgo. Estas recomendaciones aparecen en las guías de salud para viajeros y en las listas oficiales de la Organización Mundial de la Salud y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).

Además de las vacunas, la profilaxis antipalúdica es esencial en la mayor parte del África subsahariana. Los fármacos preventivos (por ejemplo, atovacuona-proguanil, doxiciclina o mefloquina) deben iniciarse antes de la llegada y mantenerse por el tiempo recomendado.

Sin estos cuidados preventivos y sin medidas de protección (mosquiteros, repelentes), el riesgo de malaria grave aumenta de forma notable, algo incluso contenido en la guía clínica del CDC, que describe las opciones de fármacos recomendados y las indicaciones según el destino.

Esto implica un riesgo enorme para los inmigrantes que son deportados a esta región, muchos de los cuales denuncian haber sido detenidos de un momento a otro y montados en un avión antes de poder siquiera hablar con un abogado o con sus familiares, por lo que se sobreentiende que tampoco son vacunados ni medicados como es debido.

 

El riesgo para los migrantes se presenta como un nuevo nivel de condiciones inhumanas de maltrato, pues los migrantes son básicamente abandonados en el continente, sin dinero, sin documentos para regresar por lo menos a su propio país, y también sin protección, dejándolos vulnerables a enfermedades que pueden provocar hospitalización o muerte.

Los principales patógenos y modos de transmisión que ponen en riesgo a una persona no protegida en África incluyen:

  • Vectoriales: malaria (Plasmodium falciparum), dengue, chikungunya y fiebre amarilla, transmitidos por mosquitos; todas pueden causar enfermedad severa sin prevención ni atención temprana.
  • Bacterianos: Salmonella typhi (tifoidea), cólera y leptospira; la tifoidea y el cólera se asocian a agua y alimentos contaminados y requieren vacunación o precauciones alimentarias estrictas.
  • Parásitos y helmintos: esquistosomiasis (bilharzia) por contacto con aguas dulces contaminadas, strongyloides y otros parásitos intestinales que prosperan donde hay saneamiento deficiente; estas infecciones pueden ser crónicas y producir daño orgánico si no se tratan.

Las deportaciones a terceros países promovidas por la administración de Donald Trump han sido cuestionadas por organismos internacionales y abogados por su rapidez, la falta de consulta y la aparente ausencia de garantías procesales para los afectados.

Las expulsiones a países africanos como Esuatini fueron justificadas por el gobierno estadounidense por presuntos antecedentes penales de los deportados, pero organizaciones de derechos humanos y tribunales locales han señalado que esos traslados pueden violar el debido proceso y exponer a las personas a detención arbitraria.

 

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