El hospital de Arroyo Seco perdió todo su equipo médico tras Melissa
El edificio quedó parcialmente inundado, por lo que los daños fueron considerables
El huracán Melissa dejó una estela de destrucción en la región oriental de Cuba, causando serios daños en infraestructuras clave que siguen siendo descubiertos a más de una semana de su paso por Cuba.
Uno de estos daños fue reportado en el hospitalito de Arroyo Seco, en Mayarí, provincia de Holguín.
Según el periodista independiente José Luis Tan Estrada, las autoridades no tomaron las precauciones necesarias para proteger las instalaciones, resultando en pérdidas materiales significativas.
En su denuncia en redes sociales, Tan Estrada publicó una imagen impactante del hospital, donde el agua alcanzó niveles alarmantes, afectando equipos médicos, medicamentos, y otros insumos esenciales para la atención sanitaria en el lugar.
El edificio quedó parcialmente inundado, y solo será accesible una vez que el nivel del agua disminuya.
La situación del centro de salud refleja el contexto general de los daños provocados por Melissa, que dejó a su paso 45.282 viviendas afectadas, principalmente en el sector techos. Esto ha originado una grave crisis habitacional en las provincias orientales del país.
Impacto del huracán en otros sectores
El ciclón no solo afectó viviendas, sino también al sistema de salud y educación. Según la presidencia de Cuba, 461 instalaciones de salud, como hospitales y farmacias, sufrieron daños, mientras que más de 1.500 centros educativos fueron también impactados.
Las autoridades continúan brindando atención médica en los centros de evacuación, y el regreso a clases será gradual, sujeto a la evaluación de cada provincia.
Desconfianza en la distribución de la ayuda humanitaria
Ante la devastación, el gobierno cubano aceptó una ayuda humanitaria de tres millones de dólares ofrecida por la administración de Donald J. Trump.
No obstante, la distribución de estos fondos ha generado controversia, ya que el gobierno ha decidido canalizar la asistencia a través de la Iglesia Católica, lo que ha suscitado desconfianza tanto dentro como fuera de la Isla.
Mientras el régimen insiste en que la entrega estará bajo supervisión estatal, críticos señalan la falta de transparencia en la gestión de recursos en situaciones anteriores, donde la ayuda humanitaria no siempre llegó a quienes más la necesitaban.
