ESTADOS UNIDOS

Florida prohíbe todo arte y símbolo LGBT en calles y espacios públicos

La medida, firmada por el gobernador Ron DeSantis, advierte que quienes no cumplan podrían perder fondos estatales para infraestructura

El estado de Florida aprobó una orden ejecutiva que prohíbe cualquier pintura con mensajes sociales o políticos en cruces peatonales, aceras e intersecciones, lo que obliga a eliminar los pasos con los colores del orgullo LGBTQ+.

La medida, firmada por el gobernador Ron DeSantis, advierte que quienes no cumplan podrían perder fondos estatales para infraestructura.

La orden del Departamento de Transporte de Florida califica como “arte superficial” las expresiones artísticas callejeras que transmiten diversidad o protestan simbólicamente.

En Orlando, por ejemplo, se cubrió con pintura gris el cruce frente al club Pulse, que cerró definitivamente apenas hace unos meses, para borrar los símbolos de orgullo LGBTQ+.

El club fue sitio de la masacre de 2016, que dejó 49 personas muertas en lo que ha sido el mayor crimen de odio de los últimos años en EEUU, y que destaca la necesidad de promover tolerancia, lo contrario de lo que ocurre actualmente en Florida.

 

Activistas, artistas y ciudadanos han respondido con manifestaciones simbólicas: en Sarasota una iglesia pintó una calle de arcoíris, mientras que en Orlando se donaron espacios de estacionamiento para que artistas devolvieran el color como gesto de resistencia.

Críticos afirman que estas medidas no son aisladas, sino parte de un plan más amplio de la administración para restringir derechos de personas LGBTQ+, limitar la educación en identidad de género y dificultar los tratamientos de afirmación de género.

Esta política se enmarca en un contexto nacional de acciones bajo la administración del presidente Donald Trump y figuras como DeSantis que han sido señaladas por promover leyes o declaraciones percibidas como discriminatorias hacia la comunidad LGBT, latinos y afroamericanos.

Recientemente, el propio Trump fue señalado por minimizar el legado de la esclavitud y su impacto en la sociedad contemporánea, lo que refuerza temores sobre una agenda que subvierte los derechos civiles fundamentales.

 

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