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Gilbert Man libre: el reguetonero sale de prisión tras casi una década encerrado

El polémico cantante urbano enfrentaba cargos en EEUU y huyó a Cuba, donde fue encarcelado también por incumplir la ley

El reguetonero cubano Gilberto Martínez Suárez, conocido como Gilbert Man, recibió un permiso temporal de libertad esta semana tras casi una década en prisión, según confirmaron fuentes cercanas a su familia citadas por Periódico Cubano.

La medida, que no implica una excarcelación definitiva, ha generado expectativa entre sus seguidores dentro y fuera de la Isla.

Martínez Suárez, de 42 años, cumple una condena de 17 años de cárcel en Cuba por diversos delitos económicos y financieros.

De acuerdo con reportes, el permiso le fue otorgado por unos días a partir del lunes, aunque no se ha precisado si podrá repetir este beneficio o si podría acceder a una reducción de su pena en el futuro.

La historia judicial de Gilbert Man es extensa y polémica. En 2013 huyó de Estados Unidos aprovechando su libertad bajo fianza, mientras enfrentaba cargos por fraude con tarjetas de crédito en el condado de Miami-Dade.

Las autoridades estadounidenses lo acusaban de realizar más de 176 transacciones fraudulentas con más de 100 tarjetas, junto a dos cómplices, y de apropiarse de alrededor de 150.000 dólares mediante compras en tiendas como Toys-R-Us y Babies-R-Us.

Tras establecerse en Cuba, el reguetonero fue detenido en 2015 en una mansión de su propiedad en Guanabacoa.

En 2016 fue condenado por lavado de activos, evasión fiscal, falsificación, cohecho y actividad económica ilícita, entre otros cargos. Además, se ordenó la confiscación total de sus bienes, incluidos cinco automóviles de lujo.

Antes de su caída, Gilbert Man había alcanzado popularidad en la escena urbana cubana por su estilo extravagante y sus letras sobre el éxito y la riqueza.

Su estilo de vida ostentoso contrastaba con la precariedad general del país, lo que lo convirtió en una figura mediática tanto admirada como criticada.

El permiso temporal de libertad ha reavivado el debate sobre su figura, entre quienes lo ven como un artista que pagó caro por sus errores y quienes lo asocian con los excesos de una élite que vive desconectada de la realidad cubana.

Sin embargo, su caso también pone en evidencia la selectividad del sistema judicial cubano, que actúa con mano dura contra ciudadanos comunes mientras muestra flexibilidad con figuras mediáticas o con posibles vínculos con las autoridades.

La represión en Cuba continúa siendo una constante, con opositores, artistas y periodistas independientes sufriendo detenciones arbitrarias, censura y hostigamiento, mientras figuras con crímenes reales gozan de libertad y perdón de la justicia.

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