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¿Habrá café? La zafra de Granma en riesgo después del paso de Melissa

La recuperación dependerá de la rapidez en restablecer servicios básicos y de la coordinación entre productores

La provincia de Granma enfrenta un riesgo serio para la cosecha cafetalera tras el paso del huracán Melissa. Productores y autoridades locales alertan que los daños en caminos, secaderos y redes eléctricas comprometen la recolección en las semanas clave.

La situación se desarrolla en la región oriental, donde se concentran las fincas afectadas por el fenómeno meteorológico. La prioridad inmediata es restablecer accesos y energía para evitar pérdidas por humedad y retrasos en el beneficio del grano.

Impacto en fincas y beneficios

Las lluvias persistentes dejaron taludes inestables y lodo en las laderas, lo que dificulta la entrada de brigadas y acopiadores. En varias cooperativas, la maduración del fruto se aceleró por la humedad y la caída de ramas, elevando la urgencia de recoger antes de que se deteriore.

Los beneficios húmedos y secaderos reportan afectaciones en techos y sistemas de secado. Sin ventilación y calor controlado, el pergamino corre riesgo de mohos y defectos que degradan la calidad final. La falta de combustible y la intermitencia eléctrica agravan el cuadro.

Cuellos de botella en transporte y energía

En las rutas principales de montaña, los deslizamientos bloquean el paso de camiones. La logística depende ahora de trasbordos con motos y mulas en tramos críticos, lo que encarece la operación y reduce el volumen trasladado por día.

El personal agrícola también está limitado. Parte de la fuerza de trabajo se dedica a despejar caminos y reparar viviendas dañadas. Ese desvío de mano de obra retrasa la recolección y presiona los costos en las fincas que aún pueden entrar a los campos.

Riesgo de mermas y presión de precios

Las compras y pagos a productores podrían ralentizarse por fallos en comunicaciones y banca. Sin flujo de caja, algunos cosecheros posponen reparaciones urgentes o el alquiler de transporte, creando un círculo de atrasos que impacta la próxima semana de corte.

El clima posterior al huracán sigue siendo un factor. Si continúan las lloviznas y la nubosidad, el secado natural perderá eficiencia y aumentará el tiempo de permanencia del café en patios y guardiolas. Cada día extra eleva la probabilidad de mermas.

Comerciantes y tostadores locales anticipan menos oferta y mayor presión sobre los precios. De prolongarse el retraso, el mercado interno podría enfrentar faltantes temporales o mezclas de menor calidad para cubrir compromisos.

Para mitigar, se prioriza la apertura de corredores viales críticos, el respaldo eléctrico a beneficios claves y la redistribución de brigadas hacia las zonas con mayor maduración. También se evalúan turnos extendidos en secaderos operativos para acelerar el flujo.

La recuperación dependerá de la rapidez en restablecer servicios básicos y de la coordinación entre productores, transporte y centros de beneficio. Cada día ganado en logística reducirá pérdidas y preservará valor en una zafra que ya llega con tensión.

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