ICE arresta a dos cubanos con graves antecedentes en Texas y California
Los hombres, detenidos en operativos diferentes, cometieron delitos que los hicieron cumplir seis y once años en prisión
El pasado 14 de agosto, el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de los Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés) arrestó a dos ciudadanos cubanos con antecedentes penales graves en operativos realizados en los estados de Texas y California, como parte de su campaña “Los peores entre los peores”.
En el operativo llevado a cabo en Austin, Texas, agentes del ICE en San Antonio detuvieron a Juan Romero-Limia, de 50 años de edad.
Romero-Limia había sido previamente condenado por agresión agravada con un arma mortal, y había cumplido una pena de seis años de prisión.
En el mismo día, en Riverside, California, el equipo de ICE en Los Ángeles arrestó a Gustavo José González-Recarey, de 61 años, quien fue condenado por actos obscenos y lascivos con un menor, un delito que le llevó a pasar 11 años en prisión.
Ambos arrestos forman parte de una serie de operaciones del ICE que buscan identificar y detener a individuos con antecedentes criminales graves. La campaña “Los peores entre los peores” tiene como objetivo de presumir las detenciones de delincuentes extranjeros en operativos destinados a asegurar la seguridad pública en Estados Unidos.

Una campaña enfocada en proteger a la ciudadanía
Según el sitio web de ICE, estos arrestos son parte de un esfuerzo continuo para proteger a la comunidad estadounidense de personas que, a pesar de estar indocumentadas, tienen un historial criminal que representa un riesgo para la seguridad.
“Cada uno de los inmigrantes indocumentados que ve aquí ha sido condenado o acusado de crímenes atroces que ponen en riesgo a la población estadounidense, pero actualmente se encuentran bajo custodia de ICE o ya han sido expulsados de Estados Unidos”, señala el portal de la agencia.
Expulsiones complicadas debido a la negativa de Cuba
En algunos casos, las expulsiones no se concretan debido a que el gobierno cubano se niega a recibir a nacionales con antecedentes criminales, lo que ha forzado a las autoridades estadounidenses a buscar destinos alternativos para estos individuos.
Aunque el expediente de los detenidos señala que son una prioridad máxima para ser removidos, la falta de cooperación por parte de Cuba genera incertidumbre sobre su destino final.
Recientemente, la Corte Suprema de Estados Unidos autorizó la expulsión de estos individuos hacia terceros países tras anular una orden judicial que exigía que se les otorgara una oportunidad significativa para explicar los riesgos que enfrentarían.



