Limay Blanco sufre accidente en carretera: “Gracias señor estamos vivos”
El humorista y activista agradeció por estar bien, pues iba a 130 Km/h y se llevó el susto de su vida
El humorista cubano Limay Blanco vivió un enorme susto la mañana de este lunes 23 de junio, luego de que uno de los neumáticos de su vehículo se reventara.
El incidente ocurrió mientras el humorista y activista conducía por una carretera en Cuba, lo que le provocó un enorme susto, pues a altas velocidades este tipo de incidentes pueden ocasionar que el conductor pierda el control del vehículo y se estrelle.
A través de un video compartido en su cuenta de Instagram, el popular comediante mostró el daño en la rueda delantera derecha de su automóvil, que explotó repentinamente mientras circulaba.
“Gracias Señor, estamos vivos. Gracias Padre”, expresó notablemente aliviado, según se puede ver en el video mientras graba la escena.
“Pasé buen susto”, escribió junto al video que acompaña la publicación.
El comediante confesó que viajaba a 130 Km/h, una muy alta velocidad y un gran riesgo en situaciones como esta. En su grabación se observa la goma completamente destrozada y los restos del caucho alrededor de ella.
Blanco es uno de los personajes más queridos de Cuba en la actualidad, reside en la isla y mantiene una presencia activa en redes sociales ayudando a personas necesitadas.
El comediante no ofreció más detalles sobre el incidente ni mencionó si viajaba acompañado, aunque por fortuna todo indica que la situación se quedó solo en el susto.
El estado de las carreteras en Cuba es un factor crítico para la seguridad vial. El 75 % de las carreteras del país están deterioradas, lo que incrementa el riesgo de accidentes.
A pesar de esto, el gobierno insiste en atribuir los siniestros al “factor humano”, responsabilizando a los ciudadanos por su imprudencia o exceso de velocidad, sin embargo, las condiciones estructurales juegan un papel importante en la seguridad vial.
Los conductores de todo el país denuncian exceso de baches, falta de señalizaciones y falta de iluminación, que aunados a la dificultad para poder conseguir refacciones -por escasez o por costo excesivo- se suman a la falta de mantenimiento de vehículos, haciendo una “tormenta perfecta” para accidentes de tránsito en la Isla.
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