Maduro recortó petróleo enviado a Cuba en un intento por apaciguar a Trump
La medida, aunque fallida, demuestra que Maduro está dispuesto a sacrificar incluso a sus aliados más cercanos
El presidente venezolano Nicolás Maduro ha ofrecido a la administración Trump abrir los vastos recursos petroleros y mineros de Venezuela a las empresas estadounidenses y disminuir sus acuerdos con potencias rivales de Washington en un intento por evitar una intervención militar.
Según The New York Times, Maduro ha incluso reducido los envíos de petróleo a Cuba, aumentando así la ya grave crisis energética que afecta a la Isla desde hace meses.
Conversaciones secretas entre EEUU y Venezuela
Las conversaciones entre los gobiernos de Maduro y Trump, que se desarrollaron de manera secreta durante meses, llegaron a contemplar la posibilidad de que Estados Unidos obtuviera una participación dominante en los recursos petroleros de Venezuela.
Adicionalmente, el gobernante venezolano ofreció contratos preferenciales a compañías estadounidenses para sus proyectos energéticos.
Como parte de esta estrategia, Maduro también se comprometió a redirigir las exportaciones de crudo desde China hacia Estados Unidos, buscando así calmar la creciente amenaza de un conflicto militar en el Caribe. Sin embargo, los esfuerzos no lograron evitar el colapso de las negociaciones la semana pasada.
De acuerdo con el citado medio, el gobierno de Trump, a través de Marco Rubio, criticó los acercamientos, señalando que cualquier acuerdo con Maduro significaría legitimar “a un fugitivo de la justicia estadounidense”.
A pesar de la suspensión de las negociaciones, algunas empresas como Chevron y Shell lograron obtener licencias del Tesoro estadounidense para retomar sus operaciones en Venezuela, una señal de que Washington aún contempla una vía económica con Caracas.
Crisis energética en Cuba
El gobierno de Maduro, a pesar de su intento de acercarse a Estados Unidos, no consiguió la normalización comercial ni la reducción de sanciones. De hecho, la maniobra reveló el agotamiento del modelo chavista, dispuesto a sacrificar incluso a sus aliados más cercanos, como Cuba, para mantener el poder.
Cuba, dependiente del petróleo venezolano para su sistema eléctrico, se ha visto severamente afectada por la decisión de Maduro de recortar estos envíos, experimentando apagones más frecuentes y largos.
El impacto en la Isla se agrava con la creciente escasez de combustible en Venezuela, que ha obligado al gobierno cubano a reconocer que solo dispone de reservas para “unos pocos días”.
En respuesta a esta crisis energética, Cuba ha experimentado graves cortes de electricidad que superan las 20 horas diarias en varias regiones del país. A pesar de los anuncios de inversión en infraestructura energética, la Isla sigue atrapada en un ciclo de averías y mantenimientos prolongados, lo que exacerba la frustración de los ciudadanos.



