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Más de 35.000 cubanos viven sin agua potable en Sancti Spíritus

Mientras el régimen destina incontables recursos al turismo y a eventos para limpiar su imagen, la población no tiene ni servicios básicos

Un total de 35,686 personas dependen de la llegada de camiones cisterna para satisfacer necesidades básicas de agua en la provincia de Sancti Spíritus, con ciclos de entrega que se extienden entre 10 y 15 días.

La causa principal es la sequía que ha dejado secos ríos y pozos, sumada a fallas en los equipos de bombeo que agravan aún más la demora en el servicio.

Roberto Nápoles, director de la Empresa Provincial de Acueducto y Alcantarillados, señaló que Fomento y Trinidad atraviesan la peor situación, seguidos por Jatibonico, Yaguajay y Cabaiguán.

Según dijo, la crisis continuará hasta que las lluvias se normalicen, los ríos recuperen su cauce y el manto freático se recargue lo suficiente para abastecer los pozos.

El transporte de agua demanda unos 27.000 litros de diésel al mes, además de generar un importante desgaste de los equipos y de las deterioradas vías de acceso, de acuerdo con el periódico oficial Escambray.

En Fomento, localidades como Palomar, 50 Aniversario, La Loma, El Titán, Coco Solo y Mario Muñoz esperan de manera constante el servicio. En Trinidad, la comunidad de San Juan de Letrán concentra 21,129 personas sin suministro.

También se reportan problemas severos en Brígido (La Sierpe) y en barrios de Sancti Spíritus como La Junta, La Yaya, Guasimal, Paredes y la planta Yayabo, donde 4,427 habitantes se ven afectados por la inestabilidad del bombeo.

El déficit de agua también golpea a El Perico, Cristales, Jobo 5, Arroyo Blanco y Guanabo, en Jatibonico; Piñero, en Yaguajay; La Yamagua, en Taguasco; y La Aurora, Punta de Diamante y Minas Arriba, en Cabaiguán.

En La Boca, un poblado costero de Trinidad, la escasez se debe a averías en los equipos de bombeo, lo que prolongó el ciclo de entrega más de 10 días.

Aunque las autoridades aseguran que se están redoblando los esfuerzos para atender a las comunidades afectadas, en muchos casos la dependencia de la pipa no es algo temporal, sino una condición permanente durante todo el año, sin soluciones definitivas a la vista.

En el municipio cabecera, los vecinos continúan recibiendo agua con mal olor, turbidez e incluso presencia de insectos.

La indignación se ha volcado a las redes sociales, con denuncias sobre gusarapos, lombrices, caracoles y hasta peces que salen por las tuberías destinadas al agua potable.

Las autoridades atribuyen el problema a la sequía y a fallas en las fuentes de abasto, sin que se vislumbren medidas inmediatas.

Testimonios recogidos por el noticiero VisionEs, del periódico Escambray, y difundidos en su canal de YouTube, muestran a residentes que aseguran que el agua llega “negra” a sus hogares.

Una mujer entrevistada relató que, en ocasiones, el personal de control vectorial revisa los tanques y advierte sobre la presencia de “bichitos”, llegando incluso a amenazar con multas.

Otra persona sostuvo que los microorganismos ya vienen desde el suministro. El propio director de Acueducto reconoció que la capital provincial es la más afectada por esta crisis.

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