Mecenas de la literatura cubana Víctor Batista fallece en La Habana por Covid-19
Víctor Batista Falla, el mayor mecenas de la literatura cubana en el exilio, falleció el pasado domingo en La Habana a los 87 años, producto de complicaciones derivadas con el coronavirus (Covid-19), informó el portal Diario de Cuba.
El también editor arribó a la capital de la Isla a inicios de marzo, tras casi 60 años de ausencia desde su partida. Semanas después fue internado en el Instituto de Medicina “Tropical Pedro Kourí”, de La Habana, centro donde falleció en horas de la tarde.
Batista Falla nació en 1933 en el seno de una familia cubana acomodada. Su padre, Agustín Batista, fue el fundador y presidente del Trust Company, el más poderoso banco de la Isla en su época. Mientras que su madre, María Teresa, heredó el imperio azucarero de Laureano Falla.
En 1960, tras el triunfo de la Revolución, decide asentarse en Nueva York. En esta ciudad financió y dirigió la revista Exilio (1965-1973), rotativo que albergó las obras de grandes figuras literarias del exilio, así como jóvenes escritores. Cinco años después, junto al poeta Octavio Armand, abriría Escandalar (1978-1984).
“En el verano del 77, durante una cena en un pequeño restaurante alemán de Uptown Manhattan, Víctor Batista me sorprendió con un ofrecimiento que agradeceré siempre. ¿No crees que es hora de que dirijas una revista? En la pregunta se cifraba una generosidad relampagueante y de mano franca. Muy suya por cierto”, recuerda Armand.
Uno de sus últimos proyectos fue la creación de la editorial Colibrí, en Madrid. La entidad literaria, que cerró sus puertas en 2013, tuvo en su catálogo algunos de los mejores libros ensayísticos de las últimas décadas. Rafael Rojas, Roberto González Echevarría, Marifeli Pérez-Stable, Carmelo Mesa-Lago y Gustavo Pérez Firmat, fueron algunos de los nombres en su cantera de autores.
Además de su trabajo editorial y en revistas, Batista Falla costeó personalmente la impresión de las obras de Lorenzo García Vega, José Kozer y José Mario. Incluso, apoyó económicamente a Gastón Baquero y otros escritores en el exilio.
