Niegan libertad condicional a los hermanos Menéndez: acusados de asesinar a sus padres
Erik y Lyle Menéndez cumplen cadena perpetua desde 1996 por el asesinato a tiros de sus padres, José y Kitty Menéndez
Después de más de tres décadas de reclusión, los hermanos Erik y Lyle Menéndez, condenados por el asesinato de sus padres en 1989, no recibirán libertad condicional, al menos por el momento.
La Junta Penitenciaria de California rechazó su solicitud esta semana, tras dos intensas audiencias realizadas en el Centro Correccional Richard J. Donovan, ubicado en San Diego. Según informes del medio Local 10 News, la próxima oportunidad para que los hermanos opten por una revisión será hasta en 18 meses.
Erik y Lyle Menéndez cumplen cadena perpetua desde 1996 por el asesinato a tiros de sus padres, José y Kitty Menéndez, en la mansión familiar de Beverly Hills. El crimen, uno de los más mediáticos de finales del siglo XX, sorprendió al mundo, ya que los hermanos alegaron que actuaron después de años de abuso físico, psicológico y sexual por parte de su padre.
Esta versión ha ganado fuerza en los últimos años, gracias a nuevos testimonios y pruebas que respaldan su relato, sin embargo, hay quienes todavía desconfían de sus declaraciones.
El impacto del crimen y la figura de José Menéndez
José Menéndez, padre de los hermanos, fue un inmigrante cubano que arribó a Estados Unidos tras la llegada al poder de Fidel Castro en 1959.
A lo largo de su vida, logró una destacada carrera en el mundo de los negocios, trabajando como vicepresidente de RCA Records. Su ascenso simbolizó el sueño americano, sin embargo, su vida terminó trágicamente a manos de sus hijos.
Los hermanos Menéndez han alegado que el abuso de su padre fue la principal motivación para cometer el crimen. Durante sus audiencias recientes, los comisionados penitenciarios cuestionaron el historial disciplinario de los reclusos.
Ambos fueron señalados por el uso no autorizado de teléfonos celulares en prisión, lo que, según las autoridades, contrasta con su progreso en la rehabilitación.
La postura de los reclusos y la controversia del caso
Erik Menéndez admitió que usaba el teléfono celular para comunicarse con su esposa, ver videos en YouTube y consumir contenido para adultos. Por su parte, Lyle Menéndez justificó su uso del teléfono como una necesidad de privacidad frente a las intrusiones del personal penitenciario.
Sin embargo, los comisionados argumentaron que esta conducta refleja un patrón de desobediencia que persiste a lo largo del tiempo.
Adicionalmente, Erik Menéndez fue vinculado a una pandilla carcelaria en 2013 y admitió su participación en un fraude fiscal dentro del penal, alegando que actuó bajo presión y miedo. En aquella ocasión, a pesar de las circunstancias difíciles en prisión, los comisionados indicaron que los hermanos no enfrentaban una amenaza inminente que justificara el asesinato de su madre, Kitty Menéndez, de manera tan brutal.
Nuevas pruebas y apoyo familiar
El caso de los Menéndez ha recobrado visibilidad en años recientes, en gran parte gracias a documentales y series como Monstruos: La historia de Lyle y Erik Menéndez, transmitida por Netflix.
Entre las pruebas que más han impactado está una carta escrita por Erik en 1988, en la que describe el miedo que sentía por los abusos de su padre. Asimismo, el testimonio del exintegrante de Menudo, Roy Roselló, quien acusó a José Menéndez de abusar de él, ha sido crucial en la revisión del caso.
A pesar de la negativa, la familia de los hermanos continúa pidiendo su liberación. Más de una docena de familiares, incluyendo a la tía de los Menéndez, Teresita Menéndez-Baralt, quien padece cáncer terminal, se pronunciaron a favor de su liberación.
“Aunque amo a mi hermano, he perdonado completamente a Erik”, comentó Teresita. Además, la sobrina-nieta de Kitty Menéndez, Natascha Leonardo, ofreció brindarles un hogar estable en Colorado.
“Erik y Lyle son hombres que han cambiado y merecen una segunda oportunidad”, expresó la familia.



