Ashli Naara, una niña cubana de 6 años, quien lleva meses batallando con una rara enfermedad, pudo viajar finalmente este miércoles a Estados Unidos junto a su madre, gracias a la emisión de una visa humanitaria.
Una vez en suelo norteamericano, la infante podrá ser sometida a un examen molecular, que determinará, de una vez y por todas, su diagnóstico.
En las últimas semanas, Yeni Núñez Jerez, madre de Ashli, ha estado compartiendo en redes sociales la desgarradora y desesperante situación que vive su hija. Sin un diagnóstico claro, la infante ha perdido poco a poco determinadas habilidades.
A inicios de 2019, Ashli perdió la visión y hace casi un mes dejó de caminar. La niña tampoco puede sostener su biberón o los lápices para dibujar. La familia de la menor pidió ayuda en redes sociales para llevar a cabo un examen molecular, procedimiento que no se realiza en la Isla. De momento, se conoce que la pequeña sufre de Xantomatosis cerebrotendinosa.
Producto de la condición de Ashli, quien se encontraba hospitalizada en el capitalino Hospital Pediátrico “Juan Manuel Márquez”, un grupo de familiares de la niña en Miami, junto a otras personas solidarizadas con la causa, realizaron una manifestación para pedir a las autoridades migratorias una visa humanitaria para la menor.
Gracias al trabajo conjunto, la pequeña será atendida el venidero lunes, 3 de febrero, por un cirujano. A la par, también se ha lanzado una campaña, en la plataforma GoFundMe, para recaudar fondos con vista a financiar su tratamiento.
“El último romántico” le canta a Ashlin
El pasado fin de semana, el cantautor salvadoreño Álvaro Torres, uno de los grandes exponentes del género de la balada y el bolero, dedicó uno de sus más grandes éxitos musicales, “Chiquita”, a Ashlin.
“Hola, Ashli, chiquita preciosa, hoy quiero cantar exclusivamente para ti. Me han contado que esta canción te gusta mucho y te la voy a dedicar”, manifestó el querido artista. “Voy a luchar por ti, para que seas feliz, chiquita mía”.
Al parecer, el metraje cumplió su objetivo. La felicidad que provocó en la niña fue tal, que la pequeña se animó a cantar un fragmento de la canción.
