Régimen celebra inauguración de parque solar que genera 1% del déficit eléctrico
Los cubanos sufren por 2.000 MW, y el gobierno festeja como un "gran logro" una generación insignificante (20 MW) que no mitiga la crisis
El gobierno cubano celebró la inauguración del parque solar fotovoltaico “Vista Alegre”, en Jaruco, Mayabeque, presentado como un logro político y símbolo de la “hermandad” entre Cuba y Vietnam, sin embargo, el tono triunfalista del evento contrasta con la profunda crisis energética que viven millones de cubanos.
El acto, encabezado por Miguel Díaz-Canel y el vice primer ministro vietnamita Ho Quoc Dung, coincidió con el aniversario 65 de relaciones diplomáticas entre ambos países.
La celebración, sin embargo, parece demasiado extensa si se considera que los parques fotovoltaicos no ayudan prácticamente en nada a los apagones de más de 12 horas diarias, con un déficit energético superior a 2.000 MW que ha obligado a postergar una vez más las reparaciones en la principal planta eléctrica del país.
En su discurso, Díaz-Canel calificó la jornada como “fecunda” para la cooperación bilateral y agradeció a Vietnam la donación de cuatro parques solares de 20 MW cada uno, afirmando que contribuirán al fortalecimiento de la generación eléctrica, ignorando que esta generación es el 1% de su mayor déficit energético.
“A partir del cariño del pueblo de esa hermana nación hacia Cuba”, dijo el mandatario, “estos proyectos permitirán destinar fondos a los sectores energético, hidráulico y educación”.
No obstante, la realidad en la isla dista mucho de los pronunciamientos oficiales. La suma total de los cuatro parques solares —80 MW en un sistema nacional que requiere más de 3.000 megawatts para funcionar sin apagones— apenas compensa una fracción mínima del desgaste de las termoeléctricas del país.
En los últimos meses, medios independientes han reportado déficits superiores a los 2.000 MW, equivalentes a más del 60 % de la demanda nacional, lo que deja al país entero a oscuras durante largas franjas del día.
A pesar de la retórica gubernamental, los parques solares no resuelven la raíz del problema: la dependencia del sistema eléctrico de termoeléctricas obsoletas, con fallos constantes, falta de combustible y años de mantenimiento acumulado.
La UNE ha reconocido incendios, roturas y paralizaciones prolongadas en plantas clave como Felton, Renté, Nuevitas y la Guiteras, que continúa operando con inestabilidad extrema. Por ello, los nuevos proyectos solares, aunque positivos, no cambian el panorama crítico que afecta a la población.
Mientras Díaz-Canel hablaba de “hermandad” y “solidaridad entre dos pueblos heroicos”, los ciudadanos continúan enfrentando cortes de agua por fallos en los sistemas de bombeo, la pérdida de alimentos por falta de refrigeración, interrupciones del transporte eléctrico y hospitales que deben operar con plantas de emergencia.
Las escenas de gente durmiendo en portales para resistir el calor o esperando durante horas para cocinar con electricidad son comunes en las provincias del centro y oriente del país.
Además, la inauguración del parque “Vista Alegre” ocurre pocos días después de que la isla registrara el déficit energético más alto del año, superando los 2.100 MW. En ese contexto, el anuncio oficial sobre nuevos proyectos solares resulta insuficiente frente a la magnitud de la crisis.
El vice primer ministro vietnamita, Ho Quoc Dung, calificó el donativo como un gesto de amistad y aseguró que su país continuará apoyando a Cuba.
Sin embargo, ese respaldo no compensa la falta de inversión interna ni la ausencia de reformas que permitan modernizar el sistema eléctrico nacional, cuya crisis estructural se extiende desde hace años.
Aunque el gobierno intenta presentar la ceremonia como un símbolo de avance, la crisis energética sigue marcando la vida cotidiana de la población. Entre discursos celebratorios y apagones interminables, la brecha entre la retórica oficial y la realidad se hace cada vez más evidente.
