Régimen da prórroga al pago de impuestos para afectados por Melissa
Se criticó que se cobre en vez de ofrecer ayuda, pero el gobierno destacó que el cobro es imperativo para mantener los servicios públicos
El régimen cubano decidió extender el plazo para pagar impuestos a personas naturales y empresas residentes en las provincias orientales más afectadas por el huracán Melissa, en un gesto presentado como apoyo a la recuperación.
Según la Oficina Nacional de Administración Tributaria (ONAT), la prórroga busca ofrecer “condiciones adecuadas para la recuperación económica y social” en territorios como Guantánamo, Santiago de Cuba, Granma, Holguín y Las Tunas.
De acuerdo con la Resolución 322, emitida por el Ministerio de Finanzas y Precios el 11 de noviembre de 2025, el pago de obligaciones tributarias que vencía en noviembre se amplió hasta el 30 del mismo mes, con el objetivo de aliviar la carga financiera sobre quienes resultaron dañados por el huracán.
El régimen justificó la medida por los “severos daños materiales e infraestructurales” ocasionados por Melissa, que destruyó viviendas, derribó postes eléctricos, interrumpió el suministro de agua y dejó cortes en las comunicaciones.
Sin embargo, el anuncio ha generado críticas: el gobierno no ha precisado cuántos contribuyentes o empresas se beneficiarán ni si habrá exenciones fiscales o apoyos directos para los más afectados.
Expertos señalan que si el verdadero propósito fuera ayudar a las comunidades, deberían ofrecerse medidas más tangibles para reconstruir negocios, en lugar de limitarse a una extensión de impuestos.
Por otro lado, la ONAT advirtió que el cobro de impuestos es parte fundamental de los fondos destinados a los servicios públicos esenciales, un argumento que muchos cuestionan dada la crisis económica severa que atraviesan esas provincias.
En plena reconstrucción, el Estado insiste en mantener la recaudación, cuando muchos ciudadanos siguen sin electricidad ni vivienda reparada.
Además, la prórroga viene acompañada de una invitación a usar pagos digitales, especialmente mediante la aplicación Transfermóvil, que ofrece un descuento del 3 % para personas naturales.
Pero esta opción ha sido difícil de aprovechar para muchos, ya que en zonas gravemente afectadas por el huracán la conectividad móvil sigue siendo muy débil o incluso inexistente.
El contexto de estas medidas fiscales se agrava por la crisis energética provocada por Melissa. Veinte días después del huracán, aproximadamente el 45 % de los habitantes de Santiago de Cuba aún permanecían sin electricidad según reportes locales.
En Holguín, también se reportó que solo algunos centros estatales funcionaban con generadores, mientras el resto de la provincia permanecía a oscuras.
La falta de respuesta efectiva por parte del gobierno no se limita a la red eléctrica. Tras Melissa, también surgieron denuncias sobre la pérdida masiva de alimentos: la interrupción prolongada del suministro dejó a muchas familias sin forma de refrigerar lo poco que tenían, lo que agravó la inseguridad alimentaria.
Aunque las autoridades aseguran que están priorizando zonas vulnerables y servicios básicos, los críticos afirman que las promesas oficiales no se traducen en resultados reales, y que la población afectada sigue soportando apagones, escasez y retrasos en la ayuda.
En definitiva, la prolongación del plazo para pagar impuestos aparece como una medida limitada frente a la magnitud de los daños provocados por el huracán.
Mientras el régimen habla de apoyo y solidaridad, muchos cubanos viven día a día una recuperación incompleta, con infraestructura dañada, suministro interrumpido y sin garantías de que sus necesidades más urgentes sean atendidas de verdad.



