Régimen reconoce aumento de robo de agua en Cuba debido a escasez
Mientras las autoridades insisten en ahorrar agua, la crisis revela la incapacidad del gobierno para asegurar un suministro estable
El régimen castrista ha reconocido públicamente que la actual sequía ha provocado un aumento significativo de delitos relacionados con el agua, tales como el robo y los desvíos de este vital recurso, algo que afecta a comunidades enteras a lo largo del país.
La información fue revelada a través de publicaciones en Facebook del perfil oficialista “Claridad Tunera”, el cual detalló inspecciones en la localidad de Omaja, en la provincia de Las Tunas, donde se descubrieron conexiones ilegales a la red de abasto en viviendas particulares y otros puntos críticos como el suministro irregular al ganado estatal y la UBPC “Waldemar Díaz”.
Según el informe, inspectores de Acueducto, acompañados por autoridades gubernamentales y el Ministerio del Interior, han implementado sanciones y comenzado procesos para restablecer la “legalidad”.
A pesar de estas acciones, el régimen también admitió que la sequía prolongada ha generado un aumento de las comunidades con suelos extremadamente secos y escasas precipitaciones, lo que obliga a la adopción de medidas urgentes para asegurar el suministro de agua.

El Código Penal cubano, bajo la Ley 151 de 2022, tipifica como delito la sustracción de recursos como agua, electricidad y gas, estableciendo penas de hasta un año de prisión o multas que varían entre 100 y 300 cuotas, dependiendo de la magnitud del daño causado. Las multas, según el régimen, pueden alcanzar de 2 a 20 cuotas, dependiendo de la afectación social.
Mientras las autoridades insisten en la necesidad de ahorrar agua, la crisis revela la incapacidad del gobierno para asegurar un suministro estable.
El sistema de abasto de agua en Cuba está gravemente deteriorado y es incapaz de satisfacer las necesidades básicas de la población, especialmente en zonas como Sancti Spíritus, donde los vecinos han denunciado la presencia de larvas en el agua potable, obligándolos a filtrarla para evitar problemas de salud.
Adicionalmente, en Santiago de Cuba, el sistema de abasto enfrenta un colapso técnico, lo que empeora aún más la situación. La pérdida de agua por fugas y la falta de mantenimiento en las redes hidráulicas han hecho que el acceso al agua se haya convertido en un privilegio limitado en varias provincias del país.
En Guantánamo, el principal embalse de la provincia se encuentra en niveles críticos, lo que ha afectado gravemente el suministro de agua a miles de personas. Por otro lado, en Holguín, la situación empeora debido a los apagones que interrumpen el bombeo de agua, dejando a muchas comunidades sin acceso regular al líquido.



