Régimen vende agua a afectados por Melissa, pero solo una caja por familia
Sostienen que es una tarifa simbólica, pero el pueblo la considera inaceptable en medio de una crisis humanitaria
La provincia de Granma, en Cuba, enfrenta una situación crítica tras el paso del devastador huracán Melissa, que dejó a su paso serios daños en varias zonas. En medio de esta emergencia, el gobierno cubano ha optado por vender agua a las familias damnificadas en Río Cauto, uno de los municipios más afectados.
La medida, confirmada por Misladis Alcolea Núñez, directora de Comercio y Gastronomía, ha generado gran controversia entre los ciudadanos, que la consideran inaceptable en el contexto de una crisis humanitaria.
La venta se llevará a cabo en los 10 Consejos de Defensa de Zona, con una limitación de “una unidad por núcleo familiar”, a un precio de 40 pesos cubanos (CUP) por unidad.
Según las autoridades, esta tarifa es simbólica y tiene como objetivo cubrir los gastos logísticos de distribución. No obstante, la medida ha sido rechazada por muchos, quienes cuestionan la legitimidad de cobrar por un recurso vital en una situación de emergencia.
Críticas a la venta en lugar de donación
El costo del agua ha causado desconcierto entre la población, que considera que el gobierno debería proporcionar este recurso de manera gratuita, especialmente cuando las donaciones internacionales llegan al país con fines humanitarios.
“Lo que no entiendo es que los demás países le regalen cosas a Cuba para el pueblo, y que nuestro gobierno decida venderlo”, fue la opinión de un internauta.
Este sentimiento ha sido ampliamente compartido en las plataformas digitales, donde la gente se cuestiona la cantidad limitada de agua disponible y la suficiencia de una unidad por núcleo familiar.
Por su parte, el régimen insiste en que la venta no busca lucrar, sino asegurar la sostenibilidad de los recursos.
Según las autoridades del Ministerio de Comercio Interior, esta tarifa fue determinada a partir de una ficha de costo, la cual solo incluye los gastos de distribución. Sin embargo, la medida no ha logrado calmar las críticas, ya que muchos consideran que el agua debe ser parte de los recursos financiados por los impuestos de la población cubana.
Disparidades en la distribución
La falta de equidad en la distribución del agua también ha generado tensiones. Mientras algunas zonas reciben agua de manera gratuita, otras deben pagar por ella.
En medio de la crisis, el primer ministro Manuel Marrero propuso otra solución polémica: “vender un poquito de viandas” a las familias afectadas por la pérdida de cultivos y ganado.
Aunque el gobierno reconoce la llegada de donaciones internacionales, la situación sigue siendo difícil debido a problemas anteriores, como el dengue y otras enfermedades.
A pesar de las promesas de asistencia continua, muchos ciudadanos consideran que las respuestas del gobierno no son suficientes y que la falta de planificación efectiva agrava la situación.




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