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Toneladas de mango se pudren en el suelo mientras Cuba pasa hambre

El régimen deja en el abandono a productores, pero los criminaliza por comercializar sus cosechas, mientras la población enfrenta escasez

Mientras la escasez golpea a la mayoría de los hogares cubanos, una plantación estatal de mangos en la región central del país quedó abandonada hasta el punto de que decenas de toneladas de fruta se perdieron sin ser cosechadas, según denunció Food Monitor Program (FMP).

La organización independiente, que monitorea la seguridad alimentaria en la isla, expuso en su perfil de X que la finca —durante años un referente de la producción local— es hoy un ejemplo visible del deterioro agrícola y del fracaso del modelo estatal.

FMP precisó que la falta de insumos básicos, como fertilizantes y combustible, junto con la escasez de personal, dejó la cosecha totalmente a la deriva.

Esto provocó que los mangos cayeran y se descompusieran en el suelo, a pocos kilómetros de comunidades donde la población debe hacer largas filas para conseguir alimentos y donde los precios continúan aumentando en todos los mercados.

La organización subrayó que esta pérdida masiva de fruta incrementa la escasez y presiona aún más los costos en un país donde el acceso a productos esenciales se ha vuelto dramático.

La entidad añadió que este año la finca dejó sin recoger una cantidad de producción suficiente para abastecer centros escolares, hospitales y comercios estatales.

Sin embargo, el Estado no tomó medidas para rescatar la cosecha, y han sido los propios vecinos quienes intentan recopilar y agrupar los mangos abandonados.

“Las familias se encargan de recoger y apilar el mango que el Estado no recoge, no procesa, no comercializa”, lamentó el colectivo.

Según FMP, lo que debería funcionar como una cadena productiva organizada terminó reducido a un escenario de improvisación en el que los campesinos luchan por mantener la tierra productiva frente a la descoordinación institucional.

Este abandono también afecta el futuro agrícola del área: sin podas, injertos ni mantenimiento adecuado, los árboles envejecen, el marabú avanza y los suelos pierden calidad, comprometiendo la producción de los próximos años.

“El mango, una de las frutas más emblemáticas de Cuba, termina podrido en el suelo mientras las familias pasan hambre”, denunció la organización, atribuyendo la situación a la falta de gestión y a la inmovilidad del aparato estatal.

A pesar de que muchas tierras estatales permanecen improductivas, el gobierno mantiene un estricto control sobre ellas, incluso cuando no tiene capacidad para administrarlas de forma eficiente.

El problema no es exclusivo de esta plantación ni del mango. Como recordó FMP, otras producciones agrícolas enfrentan la misma desatención.

En Artemisa, por ejemplo, un campesino reportó que su cosecha de calabaza permanecía sin comprador y llegó a preguntar públicamente al gobernante Miguel Díaz-Canel qué debía hacer con ella.

Este escenario se desarrolla en un país sumido en una crisis alimentaria profunda. La falta de divisas, la caída de la producción nacional, la inflación y el colapso del sistema de distribución estatal mantienen a millones de cubanos en una situación de inseguridad alimentaria crónica.

Mientras tanto, el gobierno continúa priorizando el control político sobre la eficiencia productiva, lo que contribuye a que situaciones como la de esta finca —donde toneladas de comida se pierden mientras la población pasa hambre— se repitan en diferentes provincias.

La denuncia de FMP vuelve a colocar el foco en el deterioro estructural del sector agrícola y en la imposibilidad del modelo estatal para garantizar alimentos básicos a la ciudadanía, aun cuando dispone de grandes extensiones de tierra que permanecen improductivas.

 

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