ESTADOS UNIDOS

Trump inicia con la demolición del ala este de la Casa Blanca

El presidente ordenó las obras para poder construir un salón de baile en la sede

La Casa Blanca inició el lunes la demolición de la fachada del ala este para levantar un salón de baile de más de 8.300 m² impulsado por el presidente Donald J. Trump, una obra que, según el proyecto, casi duplicará el tamaño del complejo.

El derribo comenzó con maquinaria pesada dentro del recinto presidencial, en Washington, con el objetivo declarado de habilitar un espacio para grandes recepciones y visitas de Estado.

El presidente, que ya había introducido cambios de alto impacto en el funcionamiento de la capital, avanza ahora en una transformación física del símbolo del poder ejecutivo. El ala este era una de las zonas pendientes de moldear “a su imagen y semejanza”.

Dentro del complejo, el Despacho Oval y la Sala del Gabinete lucen detalles dorados; el Jardín de las Rosas recuerda a Mar-a-Lago, y en el exterior se alzan mástiles con banderas. También se han realizado ajustes en la planta superior de la residencia.

El plan se extiende más allá: Trump dirige reformas en el Centro Kennedy y promueve un arco al estilo del Arco del Triunfo al otro lado del Potomac.

De acuerdo con el New York Times, reporteros ubicados en un parque cercano al Departamento del Tesoro observaron cómo el brazo de una excavadora arrancaba paredes del ala este a última hora de la tarde del lunes. A su vez, observaron como cuadrillas retiraban escombros mientras continuaba el despliegue de obra civil.

Al mismo tiempo, en el lado opuesto del edificio, Trump recibió a un equipo universitario campeón de béisbol.

“Saben, estamos construyendo justo detrás de nosotros, estamos construyendo un salón de baile”, dijo.

“Justo al otro lado, hay muchas obras en marcha de las que tal vez oigan periódicamente. Acaba de empezar hoy”, remató.

Las imágenes compartidas en redes sociales confirman la magnitud de la intervención, considerada una de las mayores en décadas, ya que, desde la construcción del ala oeste bajo Harry S. Truman, no se ejecutaba un proyecto de esta escala en los terrenos presidenciales.

 

En julio, Trump afirmó que la obra, valorada en más de 200 millones de dólares, “no interferirá con el edificio actual”, aunque la magnitud hace difícil ese escenario. El lunes precisó que el nuevo salón tendría capacidad para “999” personas.

La semana anterior, el presidente organizó una cena en la Casa Blanca con decenas de ejecutivos que aceptaron apoyar financieramente la construcción. El flujo de aportes encendió alertas entre especialistas en ética por el riesgo de que millonarios compren acceso privilegiado al mandatario y sobre los usos que podría dar al espacio para sus redes de donantes.

“Durante más de 150 años, todos los presidentes han soñado con tener un Salón de Baile en la Casa Blanca para acoger a la gente en grandes fiestas, visitas de Estado, etc.”, escribió el lunes en redes.

Agregó que “el ala este se está modernizando totalmente como parte de este proceso, ¡y será más hermosa que nunca cuando esté terminada!”.

A medida que avance el calendario de obra, quedan abiertas incógnitas sobre el impacto operativo en la sede presidencial y la configuración urbana del entorno inmediato, que, de completarse los planes, mostrará una fisonomía distinta al cierre del mandato.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Publicaciones relacionadas