UNESCO declara al son cubano patrimonio cultural de la humanidad
El reconocimiento no solo honra la historia, sino también la vitalidad contemporánea del género
Este miércoles, la UNESCO aprobó la inclusión del son cubano en su Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, consolidando la riqueza histórica y cultural de esta música.
La decisión fue tomada durante la vigésima sesión del Comité Intergubernamental que se celebra en Nueva Delhi, India, donde el son fue destacado por su valor como expresión viva de identidad, memoria colectiva y como puente entre generaciones.
El son, originario de fines del siglo XIX en las zonas rurales del oriente cubano, nació de la fusión de la tradición musical española con los ritmos africanos traídos por los esclavos.
Esa mezcla dio lugar a un género característico, con instrumentos como el tres cubano, las claves, el bongó, maracas y trompeta, cuya estructura alterna el canto solista con coros, y muchas veces incluye un montuno que invita al baile y a la participación colectiva.
Desde sus inicios en los campos y montañas, el son se trasladó a las ciudades y en la década de 1930 comenzó su internacionalización gracias a formaciones como el Trío Matamoros o el Septeto Nacional.
Luego surgieron voces emblemáticas como Benny Moré, Compay Segundo e Ibrahim Ferrer, quienes difundieron el son por todo el mundo.
Durante el siglo XX, el son se transformó en la base de otros géneros que marcaron la música latinoamericana: el mambo, el cha-cha-chá y más adelante la salsa, conservando siempre su espíritu rítmico y su capacidad de fusión.
Con su nuevo reconocimiento por la UNESCO, el son cubano adquiere estatura internacional como patrimonio vivo, no solo de Cuba, sino de toda América Latina.
El ingreso del son a la lista de la UNESCO fue saludado por instituciones culturales cubanas como un homenaje a todos los soneros del mundo y a quienes han mantenido latente esta tradición musical durante décadas.
El reconocimiento no solo honra la historia, sino también la vitalidad contemporánea del género, que sigue presente en bailes, festivales y proyectos musicales en la isla y en la diáspora.
La influencia del son ha sido clave en la identidad musical cubana, y su legado sigue vivo en músicos contemporáneos que reinterpretan sus raíces, mezclando tradición con innovación.
Con su inscripción en la UNESCO, el son cubano logra visibilidad internacional como patrimonio comunal, lo que puede abrir puertas para su difusión, protección y estudio académico.
También influye en cómo se valora la música tradicional en un contexto global, reconociendo su papel como expresión de identidad colectiva.
No obstante, la supervivencia del género depende de que se mantengan vivas sus prácticas: la enseñanza del tres, el bongó, del canto y del baile, la transmisión entre generaciones y el apoyo a los músicos que lo cultivan. La institucionalización como patrimonio global no garantiza por sí sola que la tradición se mantenga, pero ofrece un marco importante para su salvaguarda.
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— UNESCO en español 🏛️#Educación #Ciencia #Cultura (@UNESCO_es) December 10, 2025



