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Gran Maestro destituido regresa a la Gran Logia tras presión del régimen

La decisión ha generado un clima de incertidumbre y desconfianza dentro de la organización

La Gran Logia de Cuba (GLC) atraviesa un momento crítico después de que, durante su sesión semestral, se decidiera aceptar el regreso del líder destituido previamente, Mayker Filema Duarte.

La propuesta fue presentada por el Gran Maestro por Sustitución Reglamentaria, Juan Alberto Kessel Linares, quien sugirió desestimar la destitución de Duarte y devolverle la presidencia en una sesión extraordinaria convocada para finales de octubre.

A pesar de que la propuesta fue respaldada por una minoría de los presentes, esta fue aprobada, lo que ha causado gran malestar dentro de la fraternidad.

La presión del régimen y el conflicto interno de la GLC

Desde hace meses, la Gran Logia de Cuba ha estado bajo la presión del Ministerio de Justicia (MINJUS) y la Seguridad del Estado para aceptar a Duarte nuevamente como líder.

La organización masónica enfrenta dificultades internas relacionadas con robos y corrupción, lo que ha propiciado que las autoridades cubanas vean la oportunidad de reconstituir la dirección de la GLC.

Para muchos masones, este cambio representa una clara validación del discurso oficial del régimen, que ha acusado a la fraternidad de tener “terceras intenciones”. Esto ha generado un clima de incertidumbre y desconfianza en el seno de la organización.

El masón Sergio Vidal fue uno de los que expresó su preocupación sobre la situación, al señalar que la decisión tomada por Kessel Linares compromete la autonomía de la GLC.

“Es peligroso, porque valida el discurso del MINJUS, que en todo momento ha tratado de reducir la autonomía de la masonería”, explicó Vidal al medio independiente CubaNet.

Un ambiente tenso y una fractura creciente

La sesión de este domingo fue significativamente diferente a las anteriores. Varios masones informaron que la asistencia fue más reducida, y hubo dificultades para ingresar al edificio.

Aunque no se alcanzaron los niveles de tensión de la protesta de julio, la indignación estuvo presente entre los asistentes. Algunos abandonaron la sesión en señal de protesta, mientras que otros acusaron a Kessel Linares de haber pactado con el régimen y de traicionar los principios fundamentales de la fraternidad.

Esta decisión tiene sus raíces en una crisis interna que comenzó en marzo de este año, cuando Filema Duarte abandonó una sesión crucial en la que debía convocar elecciones generales. En mayo, los miembros de la GLC destituyeron a Duarte, un hecho que no fue reconocido por el MINJUS.

A pesar de esta destitución, el gobierno cubano continuó respaldando a Duarte, lo que desató un conflicto mayor dentro de la organización.

La división interna

La Gran Logia de Cuba ha estado dividida en los últimos meses. Algunos masones continúan luchando por mantener la legalidad y autonomía de la GLC, mientras que otros consideran que la organización ha sido infiltrada por el gobierno cubano.

La suspensión de logias y la expulsión de figuras críticas al régimen, como José Ramón Viñas Alonso y Ángel Santiesteban Prats, han dejado claro el control que las autoridades buscan ejercer sobre la fraternidad. Mientras algunos masones se sienten desmoralizados, otros siguen resistiendo con la esperanza de recuperar la independencia de la GLC.

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