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Acusado de asesinato en Santiago de Cuba relata cómo desmembró a la víctima

Luego de ser detenido, el sujeto admitió haber golpeado a su amigo con un tubo hasta causarle la muerte

El brutal asesinato de Ángel Luis Mercantety Quiñones, de 72 años, mantiene en shock a Santiago de Cuba. El hecho ocurrió el 21 de agosto en el reparto Abel Santamaría, donde fue hallada su cabeza en un basurero. El delito tiene como único acusado a José Luis Fernández Torres, de 60 años, quien confesó su participación.

De acuerdo con la investigación divulgada por el periodista independiente Yosmany Mayeta, la víctima y el acusado se encontraban consumiendo alcohol en la vivienda de este último cuando una discusión por deudas derivó en violencia.

Fernández Torres admitió haber golpeado a su amigo con un tubo hasta causarle la muerte y posteriormente desmembró el cuerpo.

Restos hallados en condiciones estremecedoras

La policía descubrió restos humanos almacenados en dos refrigeradores dentro del domicilio del acusado, además de frascos con carne frita, una jarra con grasa y una bolsa con costillas en el patio.

Cinco días después, trabajadores de Servicios Comunales encontraron la cabeza de la víctima en un contenedor de basura frente a una tienda TRD.

El propio acusado guio a las autoridades hasta un arroyo cercano al reparto Micro 1B, donde reconoció haber arrojado poco a poco manos y pies. La reconstrucción de los hechos se realizó bajo una fuerte presencia policial.

La opacidad informativa en el caso

Mayeta Labrada compartió en redes sociales imágenes de Fernández Torres esposado durante el proceso, confirmando detalles que no han aparecido en los medios oficiales. Esto ha provocado críticas por el hermetismo del régimen frente a crímenes de gran impacto social.

El detenido, originario de Holguín, trabajaba en el sector de Educación y sería asignado al nuevo curso escolar en una Escuela Especial, lo que ha provocado alarma entre padres y docentes.

Sospechas de prácticas macabras

Aunque no existe confirmación oficial, los hallazgos en la vivienda del acusado han abierto la posibilidad de que algunos restos humanos fueran preparados para consumo, lo que añade un componente macabro al crimen.

El silencio institucional sobre este asesinato ha llevado a que el periodismo independiente y las redes sociales sean las principales fuentes de información. De momento, la familia de la víctima exige justicia, mientras la comunidad santiaguera permanece consternada por un crimen que no tiene precedentes recientes en la ciudad.

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