Un ejemplar de calamar gigante fue capturado en las costas de Japón, siendo la primera vez que se atrapa uno de estos especímenes con vida.
El animal, de casi cuatro metros de largo (13.2 pies), apareció varado este miércoles en la costa de Ugu, en Obama, prefectura de Fukui.
El calamar fue encontrado vivo, y descrito como un “avistamiento raro”, pues nunca se había logrado contacto con esta especie directamente en la costa.
Aunque se sabe de ejemplares que han arribado a las playas, estos no se encontraban con vida, y los contados encuentros con calamares vivos, se han dado en mar abierto.
Biólogos informaron a la agencia AFP, que el calamar gigante que llegó a las costas niponas en realidad es un ejemplar “pequeño”, pues apenas alcanza los 80 kilos de peso.
Los expertos opinan que el molusco estaba desorientado, y que perdió dirección, llegando a la superficie, ya que estos animales habitan en aguas profundas.
En el video de su captura, que ya circula en redes sociales, se aprecia a las autoridades midiendo al espécimen, que en ese momento permanecía en aguas poco profundas.
A rare giant squid surprised beachgoers in Japan after washing ashore last week. https://t.co/p3i0tscrGi pic.twitter.com/Cy4t4RlOJb
— Cheddar News (@cheddar) April 26, 2022
Tras medirlo, el calamar fue trasladado al acuario de la ciudad de Sakai, en la prefectura de Osaka, donde se le realizará un examen completo.
Los calamares gigantes son animales marinos que habitan en las profundidades del océano, en lo que se conoce como fosa abisal, sumergiéndose hasta los 1.000 o 1.500 metros.
De acuerdo con los biólogos marinos, estos animales pueden medir en promedio entre 10 y 14 metros, aunque se ha especulado que pueden superar los 20 metros de longitud y la media tonelada de peso.
Uno de los mayores especímenes hallados fue una hembra de 18 metros de largo, cuyo cadáver quedó varado en una playa de Nueva Zelanda, en 1887.
El de mayor tamaño del que se tenga registro fue una hembra de 21 metros de largo y 275 kilos de peso, capturado por error también en aguas neozelandesas, en 1933.
Estos animales han inspirado historias de monstruos marinos desde tiempos antiguos, sin embargo, es la primera vez que se logra capturar uno con vida, pues suelen sucumbir al cambio en la presión y la temperatura del agua.
